El Cabo de Buena Esperanza.

 

Hace unos pocos días un remolcador desbloqueó el estrecho Canal de Suez ( inaugurado en 1869) para evitar perdidas a las compañías navieras y desabastecimientos de materias primas en los mercados de recepción. La alternativa al Canal de Suez era circunnavegar la costa africana y enfrentarse al inestable y peligroso Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica.

Bruno Werz, director de la Agencia de Investigación Subacuatica y Marina Africana les dijo a los reporteros de National Geographic News que la costa sudafricana contiene los pecios de unas 2.000 embarcaciones desde el descubrimiento del Cabo en 1488 por Bartolomeu Dias.

Dias había sido enviado por el rey de Portugal, Juan II, a explorar la costa africana, más allá del Cabo Bojador. Llegaron al lugar en 1488 y vieron la posibilidad de alcanzar los puertos de La India por el sur,pero el mal estado de las dos naves y la nao de las provisiones, la imposibilidad de aprovisionarse de víveres en tierra y un motín tras el mal estado del tiempo obligaron al explorador portugués a darse la vuelta.

Cuenta la leyenda que Dias fue llamado a presencia del rey Juas II, y en su presencia, le comunicó que había decidido llamar a aquel cabo Cabo de las Tormentas. El monarca comentó que prefería llamarlo Cabo de Buena Esperanza porque le permitiría acceder a las especias de La India y a sus florecientes mercancías.

En una expedición en 1500, Dias encontraría la muerte en el Cabo de la Buena Esparanza con todos sus hombres.

En 1911 el SS Lusitania ( no confundir con el que hundió un torpedo alemán en 1915) embarráncó tras confundir el faro de Ciudad del Cabo con el que anunciaba el cabo de Buena Esperanza. Las autoridades navales y protuarias decidieron trasladar el faro más al sur ara evitar los sucesivos embarrancamientos que se venían produciendo.

Los vientos de los 40 Rugientes, los 50 Furiosos y las 60 Bramadores se vuelven iestables al encontrar una inesperada masa de tierra por lo que las corrientes se hacen impredecibles y traicioneras para los cargueros. A pesar de que cuentan con GPS y sistemas de anclaje automáticos, además de mejores previsiones petereológicas por satélite.