Cinta que se queda a medias sobre el mundo de los trapicheos de drogas. White Mike intenta superar la muerte de su madre a causa del cáncer traficando con marihuana. La vende especialmente a los niños ricos del Eatst Upper Side de Nueva York.
White Mike es un chico de clase trabajadora que no fuma ni siquiera cigarrillos, no bebe alcohol, pero al que le gusta rodearse de gente privilegiada y colgadísima para sentir una ficción de control sobre su propia vida. Tiene una amiga de la infancia, Molly, con la que no se atreve a dar el padso de decirle que la ama porque es consciente de que su estilo de vida no es el más apropiado ni él, sin toda la morralla de camelleo, la pareja más adecuada para ella.
Aparte del deambular de White Mike y sus reflexiones, que por sí mismas no sustentan la película, veremos una cinta coral compuesta por familias disfuncionales y podridas de dinero, en la que es precisamente la pasta lo que desencadena el desastre. Padres muy ocupados o ausentes, que recuerdan que tienen hijos de cuando en cuando. Presiones para triunfar por encima que lo que cualquier adolescente ( en este caso Jessica, una chica drogodependiente que es muy buena estudiante) soportaría sin perder la cordura. Superficialidad. Chicas que confunden el éxito social con irse a la cama con el primero que pasa. Psicópatas en ciernes a los que las familias apartan pero que en el fondo los padres - ausentes- no toman en serio más allá de un rechazo visceral. Hasta que la arman. Todo sucede demasiado rápido y en unos flashes tan cortos como para que el espectador lo pueda retener.
No se ven sobredosis, hay una investigación policial por asesinato en la que elsospechoso inocente es un primo de White Mike, pero no hay un trasfondo de lo que se pierde, de lo desestructuradoras que son las drogas, quizá porque en esta cinta la desustructuración llega antes que las propias drogas, y nadie mas que las vícitimas se toma la primera en serio.
Y luego está la droga que da nombre a la cinta, Twelve, una mezcla de cocaína y extasis, de la que todo el mundo habla, pero que nadie se llega a tomar en toda la cinta, porque todos los trapicheos son con drogas relativamente blandas a corto plazo.
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