Algunas historias empiezan por azar. Gine McVey, una mujer afroamericana, estaba en un concesionario de automóviles Mercedes-Benz cuando se encontró con un soldado de uniforme. Empezaron a hablar de cosas insustanciales, cuando Gina comentó, como podría haber comentado cualquier otra cosa, que su abuelo, Lawrence Leslie había luchado en la Primera Guerra Mundial. Incluso había sido condecorado por el gobierno francés.
El soldado estadouidense borró la sonrisa y preguntó si su abuelo era negro a lo que Gina contestó que saltaba a la vista, puesto que ella también lo era.
Entonces el uniformado dijo que lo que tenía en casa era una condecoración llamada Croix De Guerre, recibida por el 369º Regimiento de Infantería, un regimiento enteramente negro que por su arrojo contra los alemanes y sus aliados de la Triple Alianza fueron conocidos como los Harlem Hellfighters.
Una hora más tarde Gine estaba delante del ordenador investigando sobre la participación de soldados negros en la Primera Guerra Mundial. Un mes más tarde, visitó la casa de su madre en Los Ángeles. Estuvo revisando una carta metálica que llevaba sin salir de una cómoda desde 1968, año de la muerte de Lawrence Leslie. Era un tesoro de medallas, tanto francesas omo estadounidenses, menciones y recortes de prensas, así como de fotos de Lawrence Leslie con el uniforme. Seis meses después la condecoración formaba parte del inventario de objetos del Museo de Historia y Cultura Afrioamericanos Smithsonian en Washington D.C.
En principio los soldados que iban a luchar en Francia y Bélgica contra la Triple Alianza iban a ser blancos. Los negros realizaban labores como cocineros o estibadores, cavando las trincheras donde iban a morir los soldados estadounidenses, ingleses y franceses blancos. Pero pronto se reclamó a los negros para sustituir a los soldados franceses que iban cayendo en la tierra de nadie.
Aún así, y a pesar de los logros en el campo de batalla de los Harlem Hellfighters, existía un comunicado de advertencia para los suboficiales franceses: "Si bien es ciudadano de Estados Unidos, el hombre negro es considerado por el estadounidense blanco como un ser inferior". El documento aconsejaba a los oficiales y a los suboficiales franceses que los negros no compartiesen mesa con los poilous ( soldados rasos franceses) o estracharles la mano en público. "Hay que abstenerse de elogiarlos o premiarlos para no acostumbrar mal a la negrada". Los franceses hicieron caso omiso de estas recomendaciones.

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