El vídeo se hizo viral. En él aparece una chica rechonchita, con sangre en la boca, los ojos vendados, mientras una mano enguantada armada con un cuchillo de cocina afilado amenaza su cuello. "Me secuestraron, mami. Yo no hice nada. Piden 50.000 euros. No sé de dónde los vas a sacar, pero si no se los das dicen que me matan": La actuación es digna de un Goya si los videos caseros recibieran tales premios.
Porque Jessica no estaba secuestrada. El UCO investigó el entorno cercano de la chica y descubrieron que todo estaba presuntamente orquestado por la familia política de la chica y que no era la primera vez que intentaban extorsionar a la madre de Jessica por valor de 45.000 euros con amenazas de hacer algo a la muchacha. El clan está formado por los suegros de Jessica, unos santeros de origen venezolano, y su novio, un futbolista de 21 años. Este clan tenía una querencia increíble por los juegos de azar. De hecho, la policía detuvo a cinco personas de esta familia, entre ellas Jessica, sin señales de violencia, mientras se jugaban el botín en un bingo.
No se sabe si Jessica fue obligada a participar o si ingenuamente les informó a los extorsionadores de que su madre había recibido en herencia una cantidad importante.
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