Durante el invierno de 2013 un meteorito cayó en las inmediaciones de la ciudad industrial de los Urales llamada Chelyabinks. La onda expansiva de la explosión, ya fuera al tocar tierra o al entrar en un estado crítico de ignición, derribo a las personas, rompió los cristales de las ventanas y los escaparates y los hizo volar como metralla letal y tumbó muebles. Más de mil personas terminaron en el hispital, entre ellos unos 200 niños.
Las redes sociales echaban humo porque los internautas enviaron imágenes del paso del bólido por si podían sacar algo de los seguros. Un meme mostraba a Putin con los ojos a punto de salirse de las órbitas de la excitación mientras cabalgaba la roca del espacio exterior. Otro meme utilizaba la pompa de la Administración oficial de Moscú para comunicar que el presidente de la Federación Rusa había prohibido estrellarse a los bólidos del espacio. Una tira cómica de un periódico mostraba a Putin cabalgando un meteorito fusil de caza en ristre mientras un tigre huía debajo. Es conocida la afición de Putin de cazar tigres siberianos disparandoles desde un helicóptero.
Un anuncio de televisión mostraba una lluvia de meteoritos hacerse añicos contra los coches de fabricación rusa ensamblados en Chelyabinks. Navalny, entonces un bloguero opositor contra la corrupción de la camarilla del Kremlin, decía que los habitantes del bólido habían huido al ver que se estrellaban contra suelo ruso. Otro comenrtarista decía que los mineros del zinc de la ciudad de los Urales eran tan rudos que extraían las materias primas directamente del espacio.
Lo de reírse de la rudeza y falta de recursos crónicos de los siberianos ya es un tópico porque incluso en los chistes populares Chelyabinks tiene fama de lugar donde no pasa nada entre una jornada de trabajo en la fábrica y la siguiente.
Un meme decía: "UN chico ha mandado una estrella del cielo a su novia". Otro mostraba a dos tipos con gafas diciendo: ¿Os ha llegado nuestro mensaje?".

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