El bautismo de fuego del Batallón de la Muerte, formado únicamente por mujeres, se produjo durante la batalla de Smarhon, en la actual Bielorrusia en 1917. Las muchachas, unas 300, lucen en las mangas de sus guerreras el símbolo del totemkopf ( la cabeza cortada) expresando de esta manera su deseo de entrar en combate y enfrentarse a los odiados soldados de infantería alemanes. 170 mujeres y sus compañeros repelieron 14 ataques contra sus posiciones de los alemanes, pero tuvieron que retirarse al no recibir refuerzos. 30 de las chicas habían muerto y más de 70 estaban heridas cuando todo terminó.
¡Qué hacen las mujeres, todos ellas jovencitas de menos de 35 años, luchando en el infierno de fongo y metralla de las trincheras de la Primera Guerra Mundial? La mayoría de los soldados masculinos rusos no querían enfrentarse a otros proletarios para que se beneficiasen los burgueses. Kerenski, el líder del Gobierno Provisional, había autorizado a María Bochkariova a entrenar mjeres con la idea de que estas entrasen en combate y así disuadir con su ejemplo a hombres que ya estaban pensando en desertar y volver a casa.
María había sido maltratada por los tres hombres principales de su vida y esperaba que la milicia le diese un sentido a sus crisis personales. Su padre era un militar zarista agresivo y alcohólico que la abandonó a sus propios medios. Sus dos maridos eran borrachos - que raro en Rusia- que la pegaban. El tercero tenía tratos con el hampa y era un jugador.
El ejército zarista tenía puestos para mujeres pero se trataba de enfermeras para los hospitales de campaña o puestos administrativos. No se esperaba que combatieran al lado de los hombres. María escribió al zar Nicolás II pidiendo permiso para luchar en el 25º Batallón de Reserva del Ejército Imperial Ruso, y el zar se lo otorgó. Luchó allí con valentía sin hacer ascos a dormir en el fango, enfrentarse a las mismas balas y piezas de artillería que los hombres, y a convivir con ratas y piojos.
El 23 de febrero de 1917, las mujeres de Petrogrado salieron a reclamar pan y alimentos. Pronto reciben el apoyo de los obreros. Los días siguientes las huelgas paralizan la ciudad y el 2 de marzo el zar abdica. El líder del Gobierno Provisional, temeroso de un motín por parte de los hombres que están en el frente, pide a María que forme un Batallón de la Muerte, compuesto por mujeres.
Más de 2.000 chicas acudieron a la llamada a filar, pero el entrenamiento y las charlas motivadoras acerca de lo que les esperaba en el frente, redijo esa cantidad a 300 mujeres de todas las clases sociales con el "corazón de acero líquido". En una entrevista un periodista preguntó a Bochkariova con qué moral entrarían sus mujeres en combate, ella lo resumió así: "Iremos y moriremos".
Los éxitos del Batallón de la Muerte en el Frente Oriental hicieron que Kerenski recibiera solicitudes de unirse a la Primera Guerra Mundial por parte de mujeres. Se crearon otras unidades femeninas en Moscú, Petrogrado y Kubán.
Pero el 30 de noviembre de 1917, el Gobierno bolchevique ordenó la disolución de los batallones femeninos. Aún así, algunas mujeres de los batallones de Petrogrado y de Kubán permanecen movilizadas. El 3 de marzo de 1917, los líderes revolucionarios firman el Tratado de Brest-Livtosk con Alemania que retira a Rusia de la Primera Guerra Mundial. Estalla una guerra civil entre el Ejército Blanco que es contrarevolucionario y el Rojo, formado por antiguos oficiales zaristas que se han unido a la Revlolución.
Cuando comunicaron a Bochkariova que su unidad quedaba disuelta esta estaba en el frente. Vuelve a Petrogrado donde es detenida como contrarevolucionaria, pero pronto es puesta en libertad. Entonces lleva un comprometedor telegrama al general del Ejército Blanco Lars Kornilov, por lo que nuevamente en detenida e interrogada. Esta a punto de ser fusilada cuando un soldado que había luchado con ella habló en su favor.
Bochkariova hace una gira por los Estados Unidos donde conoce a la millonaria Florence Harriman, quien le presentó el presidente Woodrow Wilson. En Londres, el rey Jorge V la recibe en audiencia, y desde allí viaja a Siberia, donde se pone a las órdenes del general blanco Alexander Kolchak, jefe de un efímero gobierno anticomunista. Fue capturada, acusada de ser una enemiga del pueblo, y fusilada el 16 de mayo de 1920. Tendría que caer la Unión Soviética para que fuera rehabilitada por Rusia.

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