miércoles, 10 de mayo de 2017

Coco Chanel diseña en Hollywood.

La oferta era irrechazable: un millón de dólares por vestir a las estrellas. Sin embargo, tras una breve visita a Hollywood, Coco Chanel obsequió al "Star System" con el mejor de sus cortes: un corte de mangas. ¿Qué es lo que pasó?

Gran Depresión, crack del 29, y todo lo que conlleva... Colas ante unos comedores del Ejército de Salvación desbordados, atracadores de bancos en las zonas rurales del Medio Oeste, granjeros malvendiendo sus tierras... La gente tiene ganas de muchas cosas, pero no de ver cine. El productor Samuel Goldwyn, de United Artist, busca nuevas recetas para que los estadounidenses paguen por una entrada. Sabe cómo atraer a los hombres, y piensa que las mujeres irán para ver las tendencias de moda europeas antes de que se vendan en el país.
Tanto Goldwyn como Coco Chanel eran personas hechas a sí mismas tras pasar por una serie de dificultades. Coco era huerfana, y había trabajado como dependienta y cantante de cabaret antes de descubrir que tenía un talento especial a la hora de diseñar sombreros. Goldwyn había nacido en Polonia y se había convertido muy pronto en el cabeza de una familia compuesta por su madre y sus cinco hermanos. En 1931 Coco Chanel era un ícono de la moda en París y Goldwyn era una de los productores más poderosos de Hollywood.
A Coco se le ofreció un millón de dólares anual por viajar dos veces al año a California y trabajar en los vestidos de las actrices. Coco rechazó la oferta al principio. Le aterrorizaba que las principales decisiones sobre las telas que se usaban o los detalles los tuvieran los directivos de los estudios. En 1931 claudicó.
Coco Chanel viajó desde Nueva York a Los Ángeles en un tren fletado por los estudios. Viajaban con ella Misia Sert, pianista y musa de pintores como Renoir y Tolousse Lautrec, Marcel Proust, el escritor y Maurice Sachs, que por entonces era secretario de Jean Cocteau. El vagón estaba decorado con telas blancas y dentro había suficiente champám para un grupo más nutrido.
En la estación de Los ángeles, Greta Garbo recibió a la modista con dos besos, y Goldwyn organizó una fiesta a la que acudieron Marlene Dietrich y Claudette Colbert, la propia Garbo, y el director George Cukor.
Los periódicos recibieron la llegada de Coco Chanel con frialdad. La veían como una intrusa en un mundo de glamour. En una visita a Nueva York, Chanel entró en una tienda de ropa de segunda mano donde pudo contemplar las versiones de sus vestidos de alta costura confeccionados con tela barata. Vio los probadores colectivos, donde las dependientas no ayudaban a probarse los vestidos a las clientas. ¿Cómo podían exigir en Hollywood lentejuelas, gasas caras y sedas cuando la realidad de la mayoría de las mujeres americanas a la hora de comprar ropa era esa? Ella siempre apostó por la austeridad y la sencillez en sus diseños.
Su primer trabajo fue vestir a la actriz Gloria Swanson para la película AHORA O NUNCA. Coco Chanel había propuesto a Goldwyn que trabajaría en su atelier parisino y que las actrices viajarían allí cada vez que fuera preciso para tomarse las medidas y probarse la ropa. Ese primer trabajo tuvo su colección de inconvenientes porque entre una toma de medidas y la siguiente, a la Swanson le dio tiepo a quedarse embarazada y engordar dos kilos. AHORA O NUNCA fracasó en taquilla,y como era un embarazo provocado por una relación extramatrimonial, provocó el divorcio de la Swanson.
Goldwyn decidió centrar la promoción del siguiente encargo de Coco Chanel en la ropa. TRES RUBIAS fue otro fracaso de taquilla y la prensa atacó a la modista. La gente, escribían los plumillas de las secciones de sociedad, querían lentejuelas, seda y telas caras.
Chanel entregó su dimisión a Goldwyn, que no trató de retenerla. Ya en París, diría de Hollywood: "Es la capital del mal gusto"

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