La masacre de Jonestown sigue siendo uno de los asesinatos en masa mas grandes de los Estados Unidos. Durante un único día, 908 estadounidenses y 8 guayaneses murieron a causa de los desvaríos de líder sectario Jim Jones.
Si Jones consiguió tantos seguidores en los Estados Unidos fue porque su mensaje cayó en una tierra muy fértil, en plena época de incertidumbre y agitación, y no desentonaba con lo que predicaban otros defensores de los derechos civiles. En Guayana, los seguidores de Jones podrían implementar su visión utópica de una comunidad realmente igualitaria y autosuficiente.
Los jóvenes radicales de la década de 1960 y 1970, desilusionados por la política del stablishment y la Guerra de Vietnam aplaudieron los principios socialistas bajo los que Jones fundo su culto, el Templo del Pueblo, especialmente formada por gente de color ( entre el 80 y e 90 por ciento de la congregación). Estas personas no estaban locas ni tenían carencias emocionales. Eran gente de clase media que vio en esta comuna un medio de construir un mundo mejor y mas justo.
Jim Jones inauguró lo que se convertiría en el Templo del Pueblo en 1954, inspirándose en el socialismo, el comunismo y el cristianismo para atraer una congregación multirracial. Hacía cosas extravagantes como decir que una persona podía curarse por la fe.
"La primera vez que llegué allí fui recibida por una coalición arco iris de personas, y esa fue la primera vez que estuve en una atmósfera en lo era una Iglesia multirracial y multigeneracional", recuerda Yolanda Williams, ex miembro del Templo del Pueblo. Jones habló en ese discurso del movimiento de derechos civiles y de lo importante que era seguir los eventos del reverendo Luther King.
El carisma de Jones atrajo a famosos como Jane Fonda y Huey P. Newton. Tamnién consiguió el apoyo de las autoridades municipales de San Francisco, donde mudó su sede en 1965. Le apoyaban personas como la esposa del presidente Jinmy Carter. Esta mujer llegó a dar discursos políticos desde el púlpito del Templo del Pueblo.
Después de varias denuncias por parte de las autoridades contra Jones por abusos sexuales, este decidió que Estados Unidos ya no era un lugar seguro para su comunidad utópica. Además, como otros personajes de la llamada contracultura, había empezado a consumir drogas.
En 1974 el Templo del Pueblo había comprado terrenos en medio de la selva de la Guayana. Este país tiene un rico mestizaje de blancos, amerindios y asiáticos, por lo que era perfecto para lo que predicaba Jones.
Los miembros de la comuna sectaria llegaron a la Guayana durante el verano de 1977. Eran personas de clases media que querían una comunidad en la que sus hijos creciesen libres, con igualdad y a salvo de los peligros.
En noviembre de 1978 la población de Jonestown era de 1020 personas. Los historiadores estiman que el colectivo más numeroso de la comuna sectaria eran las mujeres y los niños negros. Los negros eran el 68 por ciento de la comunidad. Un 63 por ciento tenía menos de 30 años, y había 152 niños de menos de 12 años. ¿Qué podía salir mal?
Los residentes eran carpinteros,ingenieros o cocineros. Los profesores eran estudiantes que daban clases a los niños, con asignaturas como matemáticas, lectura e historia de la Guayana. Lo estudiantes adultos participaban en cursos de capacitación para la comunidad. La comunidad disponía de un generador, cabañas, cabañas-dormitorio y una cocina comunitaria. Un sistema de megafonía retransmitía los frecuentes discursos de Jones.
Por las noches había reuniones de asistencia obligatoria, y los sectarios se divertían practicando deportes o tocando instrumentos musicales.
Pero el hombre que predicaba la espiritualidad y la igualdad se convirtió en un tirano impredecible al que sus seguidores empezaron a coger miedo. Confiscó todos los pasaportes, amenazando a todo el que planeara marcharse. Nadie podía casarse ni divorciarse sin su aprobación. Como en todas las sectas comunitarias, el principal castigo era el ostracismo social, pero también llegó a abandonar niños en la jungla y a enroscar serpientes venenosas en las piernas de mujeres atadas a un poste.
Pero el consumo de drogas de Jones fue en aumento, y su paranoia, como consecuencia, aumentó. Empezó a ensayar intentos de suicidio por ingesta de veneno para preparar a su grupo sectario para un asalto militar del ejército guayanés. Y para comprobar cuánto control tenía sobre sus seguidores. Los adeptos lo obedecían por miedo y porque ya habían hecho estos "ejercicios" en California. Hasta el 18 de noviembre de 1978. Ese día fue real.
Después de una visita del reportero estadounidense Loeo Ryan, Jones decidió que el fuinal de los tiempos había llegado. Obligó a sus adeptos a tomar un cóctel de cianuro. Hubo algunas muertes voluntarias, pero la mayoría fue coaccionada. Parece ser que temían ser apuñalados si se negaban. Los niños fueron obligados a bebérselo o les fue inyectado en vena. Cuando las autoridades guayanesas llegaron unos 900 cadáveres de hombres, mujeres y niños tapizaban el suelo de Jonestown.
No hay comentarios:
Publicar un comentario