"Dejémonos de sensiblerías como los derechos humanos", exclamó George Kennan, máximo asesor del presidente Truman. Con este ideario se puso en marcha la mayor red de espionaje del mundo. Te contamos la verdadera historia del nacimiento de la CIA.
"Los caballeros no leen la correspondencia de otros caballeros", dijo Henry Stimson,responsable de Asuntos Exteriores, cuando el platearon la posibilidad de descifrar los mensajes secretos de otras potencias extranjeras. Eran los felices años 20, y en ninguna cabeza americana pesaba la idea de que nadie quisiera hacer daño a los hombres y mujeres que habían ayudado a resolver la Primera Guerra Mundial.
El 7 de diciembre de 1941 los norteamericanos cambiaron de opinión. Japón acababa de bombardear Pearl Harbour, por lo que si había alguien que deseaba hacerles daño. Los informes sobre las actividades de diplomáticos y agentes japoneses en suelo americano estaban repartidas por los despachos de toda una serie de agencias descoordinadas. Podría haberse evitado el ataque, aunque quizá no la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
En 1942, el presidente Franklin Delano Rooselvelt crea la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) para recabar y analizar la información necesaria para ganar las contiendas del Pacífico y Europa. Los primeros analistas reclutados eran estudiantes de Ciencias Políticas de la Universidad de Yale, por lo que a la organización se la denominaba El Campus.
Nadie vive para siempre. Harry Truman sustituyó en la Casa Blanca a Delano Rooselvelt cuando este falleció. Estados Unidos acababa la guerra sobrepasando a una exhausta Gran Bretaña, y tratando de conservar la ventaja frente a la Unión Soviética. Para conseguir montar redes de espionaje e información en el Este de Europa se echó mano de antiguos oficiales nazis. También se trasladaron a Estados Unidos técnicos y científicos alemanes en la llamada Operación Paperclip.
Trumar ordena al OSS y al OWI (Buró de Información Militar, responsable de las operaciones de propagando y desinformación) que se unieran en lo que se llamó la CIA. Además de recabar información sobre lo que estaban haciendo otras potencias, debían evitar que las ideas comunistas se extendieran por Europa. Para ello se valieron de armar grupos reaccionarios, como los que combatían a los guerrilleros comunistas en la guerra civil griega, del Plan Marshall de reconstrucción d infraestructuras - en respuesta al COMECOM de los soviéticos- y de presiones alos familiares de italoamericanos para que escribieran cartas llenas de consignas anticomunistas para conseguir que los democristianos ganasen las elecciones en Italia.
Fotograma de EL BUEN PASTOR (2006) donde se cuenta de manera libre la génesis de la CIA. |
"Estados Unidos posee el 50 por ciento de la riqueza del mundo, pero solo el 6 por ciento de la población. En tales condiciones, es imposible evitar que la gente nos envidie. Nuestra auténtica tarea consiste en mantener esta posición de desigualdad sin detrimento de nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que desprendernos de sentimentalismos y tonterías. Hemos de olvidar objetivos vagos y poco realistas, como los derechos humanos, la mejora de los niveles de vida y la democratización".
George Kennan.
También se hizo un esfuerzo propagandístico para frenar el avance del comunismo. Se editaron revistas con estos contenidos e incluso la CIA patrocinó a escritores como T. S. Elliot, George Orwell (Rebelión en la granja, 1984, etc) o Isaiah Berlin.
Así pues, la Guerra Fría no se libró en las calles del Berlín Oriental sino en los despachos de periodistas a sueldo, en los despachos de militares golpistas o en campamentos de guerrilleros. No fue una guerra limpia ni nadie entró en ella sin saber que se ensuciaría las manos. Se usaron drogas como LSD para experimentar durante los interrogatorios a soldados norcoreanos. Los periodistas presenciaron torturas a guerrilleros del Viet Kong en Vietnam.
El último escándalo de la CIA fue una serie de fotos donde unos oficiales de los marines a cargo de la prisión iraquí de Abú Ghraib humillaban sexualmente y sodomizaban con palos de escoba a unos sospechosos de pertenecer a grupos insurgentes. Nunca se demostró que todos ellos fueran culpables. Una oficial imprudente - y muy fotogénica, a juzgar por la de fotos que se hizo con insurgentes desnudos con los ojos vendados-, Lyndie England, junto con 17 soldados de los Estados Unidos más fue a prisión como chivo expiatorio del escándalo durante la Segunda Guerra de Irak, en 2003. El presidente Bush decía para defenderse que la Convención de Ginebra de 1925 no podía aplicarse en este caso porque los insurgentes iraquíes no pertenecían a un Ejército regular, y por la tanto no eran prisioneros de guerra. Sin comentarios.
PARA VER:
Trailer de EL BUEN PASTOR (2006).
https://www.youtube.com/watch?v=0TyDt4L9NLM
PARA VER:
Trailer de EL BUEN PASTOR (2006).
https://www.youtube.com/watch?v=0TyDt4L9NLM
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