Joseph Goebbles (1897-1945) quería ser escritor, pero no consiguió publicar nada, a pesar de que durante el periodo nazi era precisamente él el que decidía que leían los ciudadanos alemanes. Odiaba su propio cuerpo, y con razón, porque era cojo y medía 1,50 metros. Pero esta cojera le permitió medrar como una de tantos "emboscados" que se beneficiaban de una guerra donde morían otros.
Ahora se ha desclasificado, procedente de los archivos de la Unión Soviética su diario, con unas 7.000 páginas manuscritas y 36.000 dictadas a su secretaria.
Goebbles aparece en los documentos del Partido Nazi a partir de 1926 como galeuter ( jefe local) pero fueron su antisemitismo militante, su estilo sarcástico de hacer discursos contra los enemigos del Partido Nazi, la relación de dependencia emocional hacia Adolf Hitler y sus ideas para controlar y manejar los nuevos medios de comunicación de masas como el cine o la radio, los que le convirtieron en ministro de propaganda del Tercer Reich.
Como responsable supremo de la UFA ( los estudios de cine alemanes) intentó tentar a Marlene Dietrich para que regresase a Alemania. La Dietrich dijo que no. Ella era bisexual, estaba comprometido con el servicio de propaganda de los Estados Unidos ( visitas a los soldados en el frente) y sabía que en Alemania se perseguía a los homosexuales. Por lo que Goebbles tuvo que echar mano de una actriz más modesta pero que exudase el mismo aire de mujer fatal, de chica mala: Marikka Rokk.
Encargó a la actriz y cineasta Leni Rifensthal películas de propaganda como EL TRIUNFO DE LA VOLUNTAD o la estética de la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de 1936. Por cierto, Leni Riefenstalh fue la única mujer que logró que Hitler saliese de la cama a una hora intespestiva y de buen humor para quejarse de que sus actores habían presenciado un prógromo bastante violento de judíos en Polonia y no estaban de humor para interpretar sus papeles.
Mujeriego compulsivo en un mundo donde engañar a la esposa era un deporte más, empezó una relación extramatrimonial con Lida Baarová, una joven actriz. Su esposa, Magda, visitó a Hitler para contarle la crisis de su matrimonia por culpa de esa intrusa con lágrimas en los ojos. Hitler ordenó a Goebbles que terminase con la relación y le prohibió personalmente a los responsables de los estudios que diesen un papel en una película a la Baarová. Posteriormente se sabría que Magda Goebbles mantenía relaciones extramatrimoniales también en la misma época. Sobran las palabras.
Goebbles también es el responsable de querer extirpar la influencia de la Iglesia Católica del tejido espiritual de Alemania. Pío XII no excomulgó, sin embargo, a la cúpula nazi por los actos de represión contra los católicos, sobre todo después de que curas católicos perdiesen la vida a manos de la Gespapo por denunciar el Proyecto Aktion T-4, de exterminio de los discapacitados. Pío XII argumentaba que esa gente lo consideraría un premio y empeoraría la situación, porque ya podrían siprimir la Iglesia de Alemania sis trabas.
El propio Hitler consideraba el cristianismo como una "idea subversiva judía", pero se negó a instaurar una religión pagana porque se consideraba " un político, no un sacerdote".
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