A finales de enero de 2018 los faraones todavía viajan con gran boato. Una banda demúsica militar y un destacamento de soldados a caballo escoltaron el camión que trasladaba una pesaba estatua de Ransés II, con un peso de 83 toneladas, desde el edificio temporal en Giza hasta el atrio de entrada al Nuevo Gran Museo Egipcio. La escultura de granito del faraón de la 19ª Dinastía viajaba en una jaula de hierro hecah a medida sobre dos camas de remolque.
Ramsés II, también llamado el Grande, reinó de 1279 a 1213 a de C. Luchó en varias campañas militares en Nubia, Siria y Canán. Derrotó a los Pueblos del Mar en una batalla naval en el Delta del Nilo y proclamo la victoria sobre los rivales hititas tras la batalla de Qadesh, la batalla más antigua de la que se tiene registro detallado. En realidad, la batalla acabó en tablas, pero ambos monarcas volvieron a sus respectivos reinos diciendo que la habían ganado. Como consecuencia se firmó el primer tratado de paz del que tenemos constancia.
Ramsés II también fue un faraón constructor tanto de su tumba en el Ramesseum como el templo de Abu Simbel, donde varias estatuas colosales dan la bienvenida al viajero en lo que en aquella época era Nubia.
El coloso que nos ocupa fue trasladado desde las canteras de Asuán, en el sur del país, hasta el templo de Ptah en la ciudad de Memphis en el siglo XIII a de C. El arqueólogo italiano Giovanni Battista Caviglia encontró la estatua en 1820, rota en seis pedazos. Caviglia ofreció la estatua como un presente personal a un duque italiano, pero este rehusó por la pesadilla tecnológica que suponía trasladar la estatua a Italia. Un bajá egipcio ofreció posteriormente la estatua al Museo Británico que la rechazó por las mismas razones.
En 1954, Nasser, el presidente egipcio, decidió celebrar que hacía dos años se habían librado del rey Farouk, y que Egipto ya no era una monarquía constitucional, llevando la estatua a El Cairo. Se dice que los leones del zoológico de Giza rugieron a la vez cuando la estatua pasó por las proximidades en un tanque. La estatua fue emsamblada, restaurada y colocado en Bab al- Hadit, en las proximidades de la estación de tren de El Cairo, en una rotonda.
En 2006, las autoridades estaban preocupadas porque el monóxido de carbono de los coches estaban dejando su huella en la piedra, por lo que trasladaron la estatua a Giza. Este, el que nos ocupa, es el cuerto traslado del coloso, y se espera que sea el definitivo.
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