Almas de metal (1973), de Michael Crichton.

En algún lugar de los Estados Unidos existe un parque temático con robots que simula el Salvaje Oeste, la Antigua Roma y la Europa medieval. Dos amigos, Peter Martin (James Broslin) y John Blane (Richard Martin), se embarcan en unas vacaciones que no saben que terminarán mal. Uno ya ha estado anteriormente en el parque mientras que para el otro todo es nuevo. Eso nos permite ralentizar la acción y dar explicaciones o ir al grano, depende desde qué punto de vista tomemos la acción.

Los robots están diseñados para cumplir las fantasías de los visitantes, aunque se trate de las de más baja estofa. Solo se diferencian de los humanos en un simple detalle en las manos.La violación y los asesinatos de robots están permitidos. En la atracción del Oeste, los dos amigos se lían a duelos a pistola con El Pistolero, un robot interpretado por Yul Brinner. El Pistolero está programado para perder los duelos. Solo que hay un virus informático en el sistema, y las máquinas se rebelan.

Las robots femeninas empiezan a declinar las ofertas de sexo. Las serpientes de cascabel   mecánicas empiezan a morder. En Mundo Medieval, un robot llamado el Caballero Negro mata en un duelo de espadas a un visitante.Y El Pistolero, con los sentidos aguzados tras una reciente reparación, se convertirá en una implacable máquina de perseguir y matar humanos.

PARA VER:

https://www.youtube.com/watch?v=uTegCGt2uCs