martes, 4 de septiembre de 2018

Francis Willughby, el naturalista que la Historia olvidó.

Cuando hablamos de científicos británicos todos recordamos los nombres de Isaac Newton o Charles Darwin, pero no el de Francis Willughby. En su nuevo libro, EL MARAVILLOSO SEÑOR WILLOUGHBY, Tin Birkhead rescata de los archivos este naturalista y ornitólogo del siglo XVII.

Francis Willoughby es un oscuro naturalista del siglo XVII que escribió toda su obra en latín. ¿Por qué debería interesarnos en el siglo XXI?

Porque es uno de los hombres que hizo posible la revolución científica. Gran Bretaña acababa de salir de unas tenebrosas guerras civiles, por lo que había un sentimiento de cambio cuando Carlos II llegó al trono. Y porque es uno de los padres de la ornitología, junto con su mentor, John Ray, que acabó por eclipsarle.

Dices en tu libro que Willoughby y Ray hicieron varios viajes por Europa. ¿Por qué se movieron tanto?

Hizo varios viajes por las costas de Gran Bretaña para observar las aves marinas. Tras un viaje por Lake District, en Gales, planearon un viaje por Europa continental. Querían visitar a otros colegas naturalistas y visitar varias instituciones científicas. Viajaron en mula y a caballo. Si eran afortunados y viajaban en barco, se relajaban un poco. Pero tomaron nota de todas las aves que observaron.

En Venecia compraban peces a los pescaderos para diseccionarlos y herborizaron, es decir, recogieron muestras de plantas desconocidas en Inglaterra. Willoughby hacie en sus notas una descripción del pez por sus características externas, y lo medía y pesaba. Medía la longitud del pico de las aves o de la espina dorsal de los peces. Clasificaba los animales antes de que existiera la idea de la taxonomía.

También escribió una sección sobre las aves mitológicas. Describió , por los tastimonios de los marineros, el daie, un ave que al final resultó muy real.

En realidad, la descripción del daie la encontró en la crónica de Pigaffetta sobre el viaje de circunnavegación de Magallanes. Se trataba de un ave que no incubaba sus propios huevos, sino que los abandonaba a su suerte en el suelo. Tenía que ser algo falso, una exageración.

Pero resultó que el megápodo de Filipinas es un ave que deposita sus huevos en suelos volánicos o en vegetación descompuesta, como el pavo australiano de matorral. 

Otro pajaro demasiado raro para existir según ellos, era el hoatzin. Willoughy lo incluyó en la lista de las aves mitológicas cuando los marineros le eplicaron que conservaba un dedo promitivo en sus alas, y comía serpientes. En realidad es un ava muy primitiva, vegetariana, y a la que le cuesta digerir las hojas de las que se alimenta.

¿Por qué no sabemos más sobre un naturalista tan importante?

Porque murió a los 36 años de una enfermedad no determinada, llamada fiebre terciana. Lo más probable es que se tratase de una neumonía. Ray publicó antes de su muerte todo el material que habían recopilado juntos. Ray siguiço viviendo en el atico de la casa deWilloughby con la madre de este y sus tres hijos. Unos años más tarde, sabemos que Ray está trabajando con las notas de su discípulo en LA ORNITOLOGÍA, cuando la madre de Willoughby muere.

Poco después, la viuda de Willoughby, Emma, se casa con un hombre llamado Josiah Child, que resulta ser un hombre desagradable. Los tres hijastros lo detestan. Uno de los muchachos, de 11 años se escapa de casa y se va a casa de una de sus tías. Pocos días después otro sigue su ejemplo. También detesta a Ray y su trabajo.

Ray termina su obra, LA ORNITOLOGÍA, y entonces empieza su libro sobre peces, lo que le lleva mas de 20 años. A este le sigue otro sobre insectos, que termina cuando Ray está literalmente muriéndose. Tenía las  piernas ulceradas, lo que le hacía muy dificil caminar. Ray trabaja de la mañana a la noche para olvidarse del dolor. Eso contribuyó a desdibujar las aportaciones de Willoughby.

Por suerte, los naturalistas y zoólogos que vinieron después no le han olvidado. Hay un pez llamado char de Willoughby y todo un grupo de plantas con su nombre. !Incluso hay una abeja de Willoughby! Pero no hay un pájaro de Willoughby, a pesar de que fue el primer naturalista que describió los abejarucos europeos.

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