miércoles, 6 de marzo de 2019

UN PUEBLO Y SU REY, de Pierre Schoeller.

París, verano de 1789. Esta es la historia de Françoise, lavandera, y de Basile, un expósito sin familia ni apellido. Los dos ven cifradas sus esperanzas de un mundo mejor en la reunión de los Estados Generales.

Esta es la historia del amor, la esperanza, la ira; de la muerte de un viejo orden que ya no es eficaz ni para preservarse a sí mismo, y del nacimiento de otro nuevo. Luís XVI, el rey de Francia, pasara de ser el padre de la nación a un prisionero encerrado en las Tullerías y el la Fortaleza del Temple sucesivamente, incapaz de comprender que el orden social  que le ha hecho poderoso necesita reformas que ni comprende ni tiene en su voluntad hacer.

Françoise y Basile participarán en la Toma de la Bastilla del 14 de julio de 1789; en la marcha de las mujeres a Versalles en busca de pan y justicia; en el Juramento el Juego de Pelota, donde el Tercer Estado se juramenta a no disolverse hasta haber dotado a Francia de una Constitución; en las reuniones de los Estados Generales primero y de la Asamblea Constituyente después. Crearán un mundo con sus sueños, su esperanza y su voluntad. Cuando comprendan que Luís XVI no se adapta a este sueño, que conspira para destruirlo porque ni siquiera le parece natural, solo quedará juzgarlo y decapitarlo. Es ley de vida.

Un poco de Historia:

No sé que fijación tienen los historiadores con la toma de la Bastilla. Hubo asaltos a cuarteles militares y guarniciones todo el 14 de julio de 1789. Luís XVI reunió tropas para deponer a los revolucionarios y disolver los Estados Generales. Se preparaba una gran matanza de civiles, por lo que es normal que estos asaltaran las armerías del Ejército y se aprovisionaran de armas para defenderse.
La Bastilla era una cárcel de tercera categoría donde se hallaba una guarnición de reservistas y soldados bisoños. Todos los presos eran aristócratas, incluído uno que estaba allí por prácticas sadomasoquistas a costa de las mujeres del servicio.
Si alguien quiere una acción revolucionaria comprometida del 14 de julio de 1789 que piense en el asalto al cuartel de la Guardia Suiza de los Inválidos, donde se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo en una calle estrecha.

Una de las pruebas de que Luís XVI no era un monarca intelectualmente dotado es la razón por la que se frustró su fuga en Varennes de 1791. Pagó  personalmente con una moneda con su cara troquelada a un mesonero, que le denunció a la Guardia Nacional.

El 23 de enero de 1793 Luís XVI es ejecutado por Sanson, un verdugo paradojicamente monárquico. Escucha misa, comulgó por última vez, se niega en el carruaje a que le aten los Guardias Nacionales asignados a ese servicio las manos y sube al cadalso. En el coche que le lleva a su cita con la guillotina pregunta por el paradero del marino y explorador La Perousse, desaparecido en el Pacífico. Se lamenta de morir sin saber nada del paradero del marino. Ya en el cadalso habla a la multitud por última vez rogando que su sangre no cayera sobre Francia, le atan las manos, la cortan la coleta y es ejecutado. La gente empieza a bailar en círculos cuando la cabeza del monarca les es mostrada y a gritar:"!Viva la República!".

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=5O5MAYBZRgU 

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