Diego Carcedo.
Planeta (2019)
Idi Amín Dadá era dictador de Uganda cuando proporcionó a Diego Carcedo el mayor éxito periodístico de su carrera. A pesar de la incultura manifiesta de ese hombre - tras ver GARGANTA PROFUNDA le encargó a su médico que buscase una amante con el clítorix en la garganta- llegó a teniente en el Ejército Colonial Británico y accedió al poder en 1971 gracias a un golpe de estado contra el que fuera su amigo, el presidente Milton Obote.
Nada mñas ocupar el despachi presidencial inició un régimen de terror que, hasta su destitución por el ejército tanzano en 1980, causó entre 500.000 y 300.000 muertos y desaparecidos en un país que solo contaba con 15 millones de habitantes. Materializó su odio por los blancos con la expulsión de los comerciantes hindúes y los hombres de negocios blancos.
Obligó a todos los ugandeses a convertirse al Islám a pesar de que el país tenía una profunda raigambre cristiana y dio carta blanca a sus matones para que sus delirios se cumplieran bajo pena de morir los recalcitrantes macheteados. Había que economizar las balas. Se casó cinco veces y algunas de sus relaciones las resolvió descuartizando a la esposa y dejando su restos en una cuneta. Tuvo infinidad de amantes y 35 hijos, a los que no atendía. Carcedo le preguntó sobre sus hujos y Amín contestó: "Creo que son 23; ayer nació uno, pero no sé si es niño o niña. Aún no le he visto".
Aunque los ex ministros y oficiales del ejército ugandés desertores contaban sus atrocidades, durante la entrevista Amín se mostró cordial con Carcedo y le dijo que Uganda era un paraíso africano. Amín no solía conceder entrevistas, por lo que estas notas son únicas como testimonio.
Al terminar la entrevista Amín llevó a Carcedo a su residencia oficial y le entregó un mensaje para el "Rey Franco". Se ofrecía como mediador en la crisis del Sáhara español. Carcedo puso cara de palo porque sabía que en los sótanos había un centro de interrogatorios donde el propio Amín estrangulaba a sus detractores o a pobres desgraciados por capricho. Había sido campeón de boxeo de un unidad. Medía cerca de dos metros y pesaba 130 kilos. No puso límites a las preguntas de Carcedo, aunque con temor cerval, le hizo algunas delicadas.
Culpaba al Mossad y al M 16 de la mala imagen que tenía su Gobierno en el mundo, porque no podían soportar que Uganda properase sin la presencia de los europeos. Carcedo le preguntó por la desaparición de la ministra de Exteriores Elizabeth Bagaya, y Amín le dió una respuesta vaga. "Ha tenido sexo con un blanco en el aeropuerto de Orly, y como esa no es la imagen que quiero que den las mujeres ugandesas, la he destituído". No explicaba qué había hecho con ella. A día de hoy se sabe que huyó a Kenya, y después a Londres, porque temía tras su vida tras rechazar los avances amorosos de Amín.
Amín tenía fama de caníbal y disfrutaba con ella. Uno de sus cocineros dijo que le trajeron un día el cadáver de un opositor para que lo cocinase, aunque no puede aformar que nadie se lo comiera. El propio Amín decía: "He probado la carne humana. Es un poco salada para mi gusto", jugando al terror y a la ambigüedad.
Fue depuesto por el ejército tanzano y murió en el exilio en Yeda (Arabia Saudí) entre lujos.
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