viernes, 4 de octubre de 2019

Juana de Arco, la Doncella de Orleans.

Le gustaba travestirse, oía voces, veía ángeles y tenía delirios de gandeza mesiánica alimentadas por el profundo misticismo religioso de la Edad Media. Juana de Arco (1412-1431) creía sinceramente que había sido elegida por Dios para encabezar las tropas francesas en la Guerra de los Cien Años, liberar de su asedio la ciudad de Orleans y lograr que el rey Carlos VII fuera coronado como tal en la catedral de Reims.

Juana de Arco era una persona problemática para su propia familia. Se negaba a hacer labores del campo, a casarse, a tener hijos, pero en cambio sí entendía de algunas cuestiones de táctica militar, por eso de que los locos podemos ser geniales a ratos. Pero solo a ratos.

En la primavera de 1428 engañó a sus padres para visitar al señor de la zona de Lorena, Robert de Baudricourt. Las voces le habían dicho que sería ese hombre, y no otro, el que la conduciría a presencia del Delfín. La acompañaba un primo de su padre. Pero en el castillo Baudricourt llamó a su presencia al primo Durante Laxalt, y le dijo que llevase a su casa de vuelta a esa moza y que deberían darle una buena paliza. Un año después, en 1429 todavía insistía: "Antes de mediada la Cuaresma, debo estar al lado del Rey, aunque tenga que gastarme las piernas hasta las rodillas. Porque no hay nadie en el mundo (...) que pueda rescatar el reino de Francia".

Baudricourt, seducido por la confianza de la muchacha, y ante la posibilidad de estar ante una psible santa, la montó en un caballo y la mandó al castillo de Chinon con una escolta de seis caballeros, atravesando territorios dominados por los caballeros anglo borgoñones.

Reconoció al Delfín al que no había visto nunca ente una multitud de cortesanos y le contó la historia de que Dios la había elegido para liderar las tropas francesas. Violante de Aragón temió que se tratara de una aventurera, y que en las palabras de la muchacha hubiese algo que no había sido revelado, por lo que ordenó a unas religiosas comprobar que Juana fuese realmente virgen.

No sabemos qué aspecto tenía Juana de Arco, pero sí sabemos que tenía el pelo cortado y rasurado por encima de las orejas, al estilo masculino. Este estilo se pondría de moda en la década de los años 1920 con el nombre de "estilo Bob".

La muchacha era valiente ya que en el asedio de Orleans acompañaba a los caballeros en los asaltos, a pesar de que como representante de Dios no podía empuñar una espada, y que por esta cuestión fue herida en el cuello y el muslo.

Si se pudo tomar Orleans fue porque la muchacha tenía conocimientos de táctica y porque los caballeros que la acompañaban en los consejos de guerra estaban capacitados para contradecirla o matizar lo que afirmaba si era una completa estupidez.

Los soldados de infantería, a pesar de estar en inferioridad numerica, la seguían porque con su presencia la lucha adquiría un propósito y los sufrimientos y temores valían la pena. Es algo que muy pocos líderes militares han proporcinado a los soldados rasos.

Eso sí. Juana de Arco tenía mal carácter y abroncaba a los hombres si descuidaban su higiene e indumentaria, si no cuidaban sus armas o utilizaban un lenguaje soez. Se dice que en Rouen, ya a punto de ser quemada, echó una bronca a uno de los soldados ingleses que la vigilaban, porque había robado un filete de carne.

Ignoramos si Juana de Arco era lesbiana, pero sí sabemos que tenía en alta estima su virginidad, porque creía que si yacía con un hombre se acharía a perder su gratificante relación con Dios. Dormía en los campamentos militares en compañía de otra chica de su edad. El caso es que por inexplicable que parezca el deseo que los hombres pudieran sentir hacia ella desaparecía en presencia de Juana. Un muchacho de su edad, el soldado Aulon, dijo de esto:"mi cuerpo nunca sintió ningún deseo carnal hacia ella (...) y eso que había visto sus pechos y piernas mientras vendaba sus heridas y la ayudaba a ponese la armadura".

El caso es que tomaron la ciudad, y Carlos VII fue coronado en Reims con los mismos oleos que se usara unos siglos antes con Carlomagno. El rey de Francia decidió que ahora que su trono no corría peligro podía tomarse las cosas con calma y firmó una tregua con los ingleses, algo que Juana no entendió. Las voces le decían que debía sitiar París.

Lo intentó con 300 caballeros pero fracasó. Ya no tenía los sabios consejos de caballeros experimentados ni el respaldo de la Corona de Francia por lo que fue cuestión de tiempo que la capturaran los caballeros borgoñones durante una de sus operaciones. Los ingleses ofrecieron un rescate al rey Carlos VII de 10.000 libras pero sabían que este no estaría dispuesto a pagar tanto. Nadie podía disponer en el bando pro francés de esa cantidad. Lo curioso en que Carlos no negociara con los ingleses o tratara de liberarla.

Entregada al obispo Cauchon este la procesó por decir que Dios inspiraba sus acciones, por vestir con ropas masculinas, por decir que era una santa mientras había empuñado una espada, etc... Lo hizo sin la autorización del Papa y saltándose los tribunales religiosos ordinarios.

Metío a dos hombres en su celda para vigilarla, lo cual fue una afrenta para Juana porque temía que esos hombres la violaran. Firmó con engaños una declaración de herejía cuando Cauchon decía que solo la encarcelaría por hacerlo en lugar de quemarla. Pero en lugar de a una cárcel religiosa dirigida por mujeres la devolvió a su celda. Incluso les dijo a los hombres del interior de la celda " que le informaran si la hereje intentaba rezar".

Finalmente Juana se retractó de su declaración de herejía, fue vestida con una camisa de dormir femenina, ella que odiaba los vestidos femeninos, y quemada en 1431. La leyenda de que era una santa empezó ese día por lo que los ingleses destruyeron sus restos para evitar que los ciudadanos de Rouen hiciesen reliquias.

25 años después los remordimientos y los rumores de que había permitido a una bruja que le ofreciera el trono llevaron a Carlos VII a reabrir el caso de Juana de Arco. Nicolás V no quiso reabrir las heridas entre ingleses y franceses terminada la Guerra de los Cien Años. En 1456, el papa Calixto III consiguió el testimonio de un escribano de Rouen que decía que los escribanos ingleses tergiversaron las declaraciones de Juana, que era analfabeta, antes de dárselas a firmar. Los familiares de Juana también aportaron datos en su favor. Fue declarada inocente. Los jueces que la habían conducido a la hoguera fueron declarados herejes y perseguidos, entre ellos Cauchon. En 1909 fue beatificada y en 1920 el papa Benedicto XV la declaró santa.

Trailer de la película JUANA DE ARCO de Luc Besson (1999)
https://www.youtube.com/watch?v=YDAHhvjxDeo 

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