En el año 2026 la ciudad de Metrópolis está dividida en dos grandes estamentos sociales. Los trabajadores, que viven en las profundidades de la ciudad, sin permiso para salir al exterior, y la clase dirigente y organizadora, que ve la vida pasar desde lo alto de sus rascacielos.
Freder es el hijo del Alcalde de Metrópolis. Un día ve a María rodeada por los hijos de los trabajadores y se ve atraída por su carisma puro. La sigue hasta una factoría donde tiene lugar un terrible accidente laboral. Descubre que su padre prefiere sustituir a los obreros caídos por más trabajadores que mejorar las condiciones de trabajo. Eso sí, el viejo Fredersen no tiene la menos conciencia de estar oprimiendo gente.
Freder sustituye a un trabajador durante una jornada y asiste a una reunión clandestina donde María habla a los trabajadores. Les dice que deben esperar la llegada del Mediador, una especie de mesías que llegue a acuerdos pacíficos con la patronal.
Fredersen recurre a un científico llamado Rotwan para que utilice un robot con el cuerpo de María para incitar a la revuelta violenta a los trabajadores y así poder reprimirlos más directamente por medio de la violencia. Lo que no sabe es que Rotwan odia a Fredersen y a su hijo Freder y que piensa usar ese robot no solo para destruir a los curritos sino también a las clases acomodadas.
La película está realizada durante el periodo de entreguerras, donde unas clases trabajadoras más escolarizadas empiezan a tener conciencia de su poder como masa. Las obsesiones de la época como el temor al comunismo y a la consecuente lucha de clases; la figura paternalista y nutricia del líder, tanto para lo positivo como para lo negativo, que jamás se discute; la visión de las masas, tanto de la élite como de las fábricas, como algo que se puede manipular y lanzar como arma acrítica contra lo que sea, en el contesxto de la lucha de clases.... Todo anuncia lo que será el fascismo.
METRÓPOLIS es la primera distopía del cine. Y lo que anunciaba solo estaba a unos años de distancia. En el lado positivo el hecho de que el Corazón, representado por María, deba mediar entre el Cerebro (Federsen y sus funcionarios) y las Manos (los trabajadores) es sumamente positiva. Lo negativo es que se castigue a Rotwan - que es culpable- y no a Fredersen, que es quien le ha proporcionado la posibilidad de hacer daño. Pero Joh Fredersen es un líder. Qué iban a hacer los alemanes en 1927 sin un líder mesiánico que les oriente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario