sábado, 2 de noviembre de 2019

METRÓPOLIS, de Fritz Lang. (1927)

Película de ciencia ficción alemana de la época del expresionismo.



En el año 2026 la ciudad de Metrópolis está dividida en dos grandes estamentos sociales. Los trabajadores, que viven en las profundidades de la ciudad, sin permiso para salir al exterior, y la clase dirigente y organizadora, que ve la vida pasar desde lo alto de sus rascacielos.

Freder es el hijo del Alcalde de Metrópolis. Un día ve a María rodeada por los hijos de los trabajadores y se ve atraída por su carisma puro. La sigue hasta una factoría donde tiene lugar un terrible accidente laboral. Descubre que su padre prefiere sustituir a los obreros caídos por más trabajadores que mejorar las condiciones de trabajo. Eso sí, el viejo Fredersen no tiene la menos conciencia de estar oprimiendo gente.

Freder sustituye a un trabajador durante una jornada y asiste a una reunión clandestina donde María habla a los trabajadores. Les dice que deben esperar la llegada del Mediador, una especie de mesías que llegue a acuerdos pacíficos con la patronal.

Fredersen recurre a un científico llamado Rotwan para que utilice un robot con el cuerpo de María para incitar a la revuelta violenta a los trabajadores y así poder reprimirlos más directamente por medio de la violencia. Lo que no sabe es que Rotwan odia a Fredersen y a su hijo Freder y que piensa usar ese robot no solo para destruir a los curritos sino también a las clases acomodadas.

La película está realizada durante el periodo de entreguerras, donde unas clases trabajadoras más escolarizadas empiezan a tener conciencia de su poder como masa. Las obsesiones de la época como el temor al comunismo y a la consecuente lucha de clases; la figura paternalista y nutricia del líder, tanto para lo positivo como para lo negativo, que jamás se discute; la visión de las masas, tanto de la élite como de las fábricas, como algo que se puede manipular y lanzar como arma acrítica contra lo que sea, en el contesxto de la lucha de clases.... Todo anuncia lo que será el fascismo.

METRÓPOLIS es la primera distopía del cine. Y lo que anunciaba solo estaba a unos años de distancia. En el lado positivo el hecho de que el Corazón, representado por María, deba mediar entre el Cerebro (Federsen y sus funcionarios) y las Manos (los trabajadores) es sumamente positiva. Lo negativo es que se castigue a Rotwan - que es culpable- y no a Fredersen, que es quien le ha proporcionado la posibilidad de hacer daño. Pero Joh Fredersen es un líder. Qué iban a hacer los alemanes en 1927 sin un líder mesiánico que les oriente.

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