¿Nueva nariz?¿Unos labios mas gruesos?¿Borrar ese tatuaje que ya no te gusta? La actual lista de técnicas para embellecerse es tan larga que podría transformar de nuevo a una persona. Nada nuevo. Se trata de operaciones de cirugía estética tan viejas como la historia de la medicina.
Sthendal decía que "la belleza es una promesa de felicidad"; pero los anatomistas precisan que siempre se trata en versión femeina de labios carnosos, piernas delgadas, cabello brillante, piel sedosa y suave, y una proporción armónica entre cintura y cadera. Pero el canón de belleza se ha transformado en tantas ocasiones que es difícil no reparar en los clichés culturales de las diferentes épocas.
La cirugía estética no es algo del siglo XX. Se han conservado descripciones de correcciones nasales del siglo XVI, de tratamientos paraborrar cicatrices que se remontan al antiguo Egipto, y ya en el siglo XII, el médico Pablo de Pegina desarrolló un sistema para extraer los pezones a los varones. Tampoco son nuevas las liposucciones, pues Plinio el Viejo describa una contra la obesidad morida realizada al hijo de un cónsul en el siglo I.
Salvo algunas excepciones, todos los pacientes de la cirugía estética hasta el siglo XIX fueron hombres. De hecho el motor de estas operaciones fueron las marcas en la piel que dejaban las enfermedades venéreas como la sífilis. La labor consistía en reconstruir la nariz carcomida o desaparecida a consecuencia de la enfermedad.
Gaspare Tagliacozzi, un cirujano del siglo XVI, de la Universidad de Bolonia, documentó por primera vez el uso de injertos para reparar una nariz en 1597. El inerto provenía de un colgajo depiel que tenemos entre los biceps. La operación exigía que el colgajo, aún no separado del brazo, permaneciera unido al muñón de la nariz del paciente durante 20 días gracias a un fuerte cabestrillo. Tras un mes de trabajo, un dolor insoportable y unas mas que garantizadas infecciones, aparecía una nariz rudimentaria.
Esta rinoplastia nunca dejó de practicarse pese a que la Iglesia decía que las enfermedades venéreas y sus consecuencias eran debidas al pecado y poco o nada debía hacerse para paliar los efectos de mas que seguro castigo de Dios
En 1846 se introduce la anestesia an la cirugía, y la antisepsis aparece en 1867. La reducción del dolor y las infecciones junto con la mentalidad ilustrada aumentaron las posibilidades de operar a los pacietes según su propio capricho, y no por necesidad.
La primera operación "quitabarriga" tuvo lugar en Baltimore en 1899. Se extirparon 13 kilos de grasa del vientre de una mujer de 32 años que pesaba 120; el primer estiramiento facial data de 1901: la primera intervención quirúrgica de párpados llegó en 1906; y en 1920 llegaron las primeras inyecciones de grasa para mantener rejuvenecido los rostros con pieles flaccidas por efecto de la edad.
La primera operación de cambio de sexo se realizó en el Hospital Universal de Berlín en 1920. El doctor Richard Mühsam implantó un ovario para crear progesterona en el cuerpo de un transexual, y como resultado desarrolló pechos y su voz se afeminó. Mühsan no se atrevió a extirpar el pene y creó un simulacro de vagina donde colocó el pene de forma que pudiera ser estimulado sexualmente durante una penetración.
En 1880 la reducción de las mamas era el último grito. Pero en 1940 se revertió esta tendencia, y las mujeres exigieron unos pechos más grandes. Se experimentó con varias sustancias de textura esponjosa para hacer los implantes, y durante un breve periodo de tiempo, cada una de ellas fue considerada la solución. Todas tuvieron consecuencias nocivas para la salud hasta la llegada de la silicona en 1990.
En el periodo de entreguerras se popularizó en Hollywood el uso de priemrros planos que desvelaban despiadadamente los mínimos defectos de las actrices de los estudios: Greta Garbo tuvo que enderezarse los dientes, Marlene Dietrich se operó la nariz; Rita Hayworth tuvo que desplazar dos centímetros la línea de nacimiento del pelo y Marilyn Monroe se operó para extirpar dos bultitos de la punta de la nariz.
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