Julia Boyd fue miembro del consejo de administración de la Fundación en Memoria de Winston Churchill, un político al que admira. Su libro VIAJEROS EN EL TERCER REICH (2019, ático de los libros) recoge cartas, diarios y memorandos de viajeros, estudiantes, diplomáticos que visitaron Alemania entre los años 20 y 30 del siglo XX. Muchos de los cuáles no percibieron que algo monstruoso y oscuro como el fascismo estaba a punto de entrar de forma violenta en las vidas de muchos europeos. Es más, algunos sintieron fascinación por lo poco que pudieron entrever.
Algunos anglosajones viajaron a la República de Weimar por su ambiente desenfadado y gamberro..¿no es cierto?
La República de Weimar es un país caótico lleno de cabarets y prostitutas trasvestidas, algo que no existía en la rígida sociedad británica. Muchos creían que eso era un signo de decaddencia y que Hitler iba a conseguir una sociedad mas "rigurosa" y sana, con tantas normas como la británica.
¿Qué pensabal estos viajeros británicos del papel de Hitler y de la Alemania que surgió en 1933?
La mayoría prefería Alemania, donde había caminos asfaltados para los escasos coches, a Francia, donde los lugareños no eran acogedores y todavía se podían ver las huellas de la guerra de trincheras. La mayoría de estos viajeros no salieron de las zonas rurales del sur de Babiera, por lo que no se enteraron de mucho de lo que estaba sucediendo en el país.
Había viajeros cultos que iban a Centroeuropa en busca de las huellas del romanticismo de Goethe, la filosofía de Kant y la música de los grandes compositores alemanes. Si querías estudiar física, la ciencia del porvenir, tenías que hacerlo en una Universidad centroeuropea.
Por supuesto, los que se aventuraron en las grandes ciudades, vieron uniformes por doquier, incluso en niños que no tenían edad ni la madurez necesaria para vestirlos; procesiones de antorchas y pudieron asisitir a algún acto político. Algunos pensaron en que tarde o temprano estallaría una guerra pero la veían lejana en el tiempo. En cuanto a los carteles contra los judíos, estaban por doquier, pero tras 2000 años de discurso antisemita desde los púlpitos eclesiásticos, pensaban que se trataba de un asunto interno en el que no debían inmiscuirse. Los estadounidenses no decían nada porque ellos mismos veían carteles parecidos en las ciudades del Sur contra los negros.
¿Cómo se explica la actuación de Unity Mitford, hermana de las escritoras Nancy y Jessica Mitford, que fue integrada en el círculo de los jerarcas nazis?
La alta aristocracia británica adoraba a Hitler porque temían una revolución bolchevique,y Alemania era una garantía de que eso no llegaría a Gran Bretaña. Tampoco se sentían protagonistas de los cambios sociales de la época y no querían que fueran a más. Unity Mitford era la hija de una de esas familias. Era un poco inmadura y veía a los nazis a los 19 años con el mismo fervor que se puede ver una secta religiosa en 2020. El idealismo no atemperado por la edad y la experiencia puede producir experiencias monstruosas.
¿Cuándo cambió la fascinación de los algloamericanos por el régimen nazi?
En 1938, tras la Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht), cuando las tiendas y las sinágogas judías fueron atacadas y saqueadas, y los camisas pardas se lanzaron a la caza del judío por las calles. Lo viajeros pensaron que podría estallar una guerra y pillarles lejos de sus redes de apoyo diplomático.
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