El narcosubmarino apresado en Galicia en 2019 demuestra que los cárteles de la droga tienen ya una flotilla transoceánica de estos aparatos. Todo empezó en 1993 con unos ingenieros rusos.
De Colombia a Galicia hay unos 8.000 kilómetros. El narcosubmarino interceptado en Galicia llevaba en su bodega de carga 4,6 tineladas de cocaína, por valor de 150 millones de euros. Es lo que indica que los cárteles de la droga ya tienen una flotilla de naves sumergibles capaces de atravesar el Atlántico, cuando hasta ahora los guardacostas norteamericanos solo tenían informes de viajes de cabotaje costero hasta las costas de Florida. Una vez llegados a la costa, nada impide a las tripulaciones hundir la nave en aguas poco profundas, cerca de la costa una vez descargado el alijo.
Hay consctancia de la utilización de narcosubmarinos desde 1993, cuando ingenieros rusos que huían de la precariedad de la época de Yeltsin se ofrecieron a Pablo Escobar. Al principio desarrollaron lanchas rápidas - como las HJ- diseñadas para ofrecer poco perfil sobre la superficie, pintadas con colores de camuflaje. Con el tiempo fueron incorporando tecnología más sofisticada.
En 2013, los informes de la DEA y de los guardacostas estadounidenses hablan ya de auténticos submarinos con motores eléctricos. Los cascos están hechos de kevlar y fibra de carbono, entre otros materiales. El primersumergible de contrabando fue capturado en 2006. Ese mismo año se encontró otro abandonado en aguas gallegas, sin alijo ni tripulantes. Entre México, Colombia y Estados Unidos se capturan todos los años 10 marcosubmarinos, pero todo indica que por cada uno solo apresado y desmantelado, hay 10 más que terminan el viaje y son hundidos.
Se precisan al menos tres marineros para manejar un submarino de contrabando; uno de ellos manipula la válvula que hunde o reflota el sumergible. Es un trabajo incómodo por la falta de higiene, el escaso espacio, la humedad y las emanaciones del motor, así como del calor del trópico. Las narcos pagan 20.000 euros por entrega.
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