"Ellos hacen como que nos paga y nosotros hacemos como que trabajamos" resumía un trabajador fabril la relación de su soviet con el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1984. El país no podía hacer frente con su economía programada y sus aranceles a la competencia del bloque capitalista. Cada día más soldados desplazados a Afganistán regresaban en un ataúd mientras sus viudas e hijos ni siquiera recibían un subsidio estatal. Todo hacía aguas.
Vamos a ver. Cuando en 1985 Gorbachov sucede a Gromiko lo único que quiere es hacer más flexible al país frente a un mundo que cambia más de lo que puede hacerlo la anquilosada burocracia del PCUS. Para nada quiere romper con el comunismo. En 1989 se aprueba la Ley sobre Empresas Estatales, que pretendía darles más libertad acerca de la forma en que eran gestionadas, se financiaban o reinvertían sus beneficios. Es solo un ejemplo.
En 1986 tiene que hacer frente a la catástrofe del colapso del reactor de la central nuclear de Chernobil, y Gorbachov la hace tarde porque muchos militares le racanean la información para actuar adecuadamente.
En diciembre de 1986 libera al físico disidente Sajárov, retenido en la ciudad industrial de Gorki. Manda al KGB instalar un teléfono en su apartamento para poder decirle personalmente que su destierro ha terminado.
En 1988 tiene una excusa para retirar de sus puestos a los opositores más recalcitrantes dentro del Estado Mayor del Ejército Rojo, entre ellos el ministro de Defensa, Sokolov, un veterano de la Segunda Guerra Mundial. El milagro lo ha logrado la insensata aventura de un adolescente de Alemania Federal, que ha aterrizado conuna avioneta CESSNA 127 sin que los controladores aéreos militares o civiles hayan detectado su intrusión, porque estaban de fiesta. Ruedan cabezas incluso dentro del KGB. Mathias Rust es condenado a trabajos forzados, eso sí.
En 1986 tiene que hacer frente a la catástrofe del colapso del reactor de la central nuclear de Chernobil, y Gorbachov la hace tarde porque muchos militares le racanean la información para actuar adecuadamente.
En diciembre de 1986 libera al físico disidente Sajárov, retenido en la ciudad industrial de Gorki. Manda al KGB instalar un teléfono en su apartamento para poder decirle personalmente que su destierro ha terminado.
En 1988 tiene una excusa para retirar de sus puestos a los opositores más recalcitrantes dentro del Estado Mayor del Ejército Rojo, entre ellos el ministro de Defensa, Sokolov, un veterano de la Segunda Guerra Mundial. El milagro lo ha logrado la insensata aventura de un adolescente de Alemania Federal, que ha aterrizado conuna avioneta CESSNA 127 sin que los controladores aéreos militares o civiles hayan detectado su intrusión, porque estaban de fiesta. Ruedan cabezas incluso dentro del KGB. Mathias Rust es condenado a trabajos forzados, eso sí.
En la etapa que va desde 1985 hasta 1991 ya no se pudo reprimir brotes de nacionalismo en las regiones bálticas, en Ucrania y en el Caúcaso. Yeltsin y Gorbachov se disputan el poder al frente del Comité Central y los halcones del kremlin quieren desmoronar las reformas de la perestroika (reconstrucción) y del galsnot ( transparencia) con un golpe de Estado que no secunda nadie mientras Gorbachov permanece arrestado en su dacha de Crimea.
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