jueves, 5 de marzo de 2020

Un lepero, rey de Inglaterra.

Los leperos son el pueblo absurdo de los chistes, del mismo modo que en el País Vasco las excentricidades cómicas de los chistes las protagonizan los guipuzcoanos ( guiputxis) y en Francia ese honor lo ostentan los belgas.

El caso es que Juan de Lepe es un marinero de esta localidad que durante el siglo XV hacía de bufón en la corte de Enrique VII. Un día de lluvia el rey y Juan de Lepe estaban tomando cerveza y jugando a las cartas. Enrique VII tenía fama de tacaño y en estas partidas no se jugaban más allá de unas escasas monedas. Un día, pensando en no se sabe qué, decidió jugarse las rentas del Reino de Inglaterra de ese día, quizá pensando que su bufón castellano se acharía atrás. Juan de Lepe aceptó la apuesta y ganó.

Se nombró al lepero rey durante un día. Se celebró una cena de gala y el bufón castellano aprovechó para llenarse los bolsillos. Tras la muerte de Enrique VII en 1509, Juan de Lepe decidió regresar a su hogar antes de que lo echase de la corte el nuevo monarca Enrique VIII. Una vez a salvo en Lepe, se dedicó a disfrutar de su fortuna pero también pensó en el destino de su alma inmortal y donó parte de su fortuna al ya desaparecido monasterio franciscano de Lepe con la condición de que se grabara en su lápida a modo de cenotafiao sus hazañas.

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