martes, 28 de abril de 2020

El Lunes de Aguas salmantino.

En 1543 Felipe II viaja a Salamanca para contraer nupcias con María Manuela de Portugal. La ciudad alberga más de 6.700 estudiantes, frente a los 2.500 que había en la ciudad castellana en 1.500, que reciben clases de humanistas como Francisco de Vitoria, musicos como Francisco de Salinas y poetas como Fray Luís de León, pero también es una de las tres Sodomas de Europa por la cantudad de chulos, alcahuetas, meretrices y curas sopistas que alberga.

La ciudad conmemora la visita real con juegos de cañas pero el rey observa que las prostitutas van a la caza de los estudiantes incluso en su presencia. Así que toma la decisión: en Cuaresma tendrán que abandonar la ciudad desde el miércoles de ceniza hasta el Lunes de Pascua. Todas serán instaladas al otro lado del Tormes, rezarán por la salvación de sus almas y estarán al cuidado espiritual del Padre Lucas, un clérigo que por esta actividad fue conocido popularmente en Salamanca como el Padre Putas.

El Lunes de Pascua las prostitutas tendrán que ser devueltas a la mancebía municipal en barca porque los estatutos municipales advierten que no puede cruzar el Tormes a pie quien no haya oído misa y comulgado. Los estudiantes aprovechan para beber, comer, establecer tratos carnales con las meretrices "exiliadas" y darse un baño desnudos, ellos y ellas, en el Tormes. Sabemos de esta costumbre por las crónicas de un estudiante llamado Girolamo de Sommaia, que estudió en Salamanca entre 1603 y 1607.

Las primera mancebía de Salamanca fue encargada de construír al mozo de ballesta del príncipe Juan, hijo malogrado de los Reyes Católicos, en 1497. García de Albarrategui se la arrendó a un tal Juan Arías Maldonado con la condición de que le pagase 10.000 maraveríes a él y 2.500 a la ciudad.

Otra de las tradiciones del Lunes de Aguas es la de tomar el hornazo, que es una masa de chorizo, lomo y huevos. Las personas del siglo XVI y de la Edad Media tenían la prohibición de no comer huevos durante la Cuaresma, porque se consideraban carne, igual que obviamente el fiambre, por lo que los granjeros de la época tenían que dar uso a todos los huevos acumulados durante este periodo del año. Quizá, además del hornazo salmantino, detrás de esta tradición esté la de pintar huevos de Pascua o la de esconderlos para que los niños los encuentren en Rusia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Unas cartas muestran la caída en desgracia de Cristobal Colón.

 El navegante que descubrió América fue un hombre maquiavélico que no dudó en intentar manipular a los Reyes Católicos cuando las quejas de ...