Como pacientes hemos entrado en una época donde tenemos acceso a las redes sociales para informarnos acerca de nuestras dolencias. El problema es que toda la información que vemos en Internet no es fiable y por esta razón escribo esta entrada:
1) Para empezar asegúrese de que la información esté actualizada. Pueden haber surgido nuevos tratamientos o los medicamentos recomendados pueden estar fuera del mercado.
2) No confiar en la información porque se use una terminología técnica. Ud no la domina y tiene derecho a que le hablen en su idioma. Puede venir de un corta y pega de Internet.
3) Una web de salud debe identificarse de forma clara y visible.
4) Una buena página de salud no oferta productos ni hace publicidad de ninguna clase.
5) Compruebe que la página web esté garantizada con publicaciones, autores u organizaciones reconocidas.
6)Cerciórese de que la página web de salud tenga algún certificado de calidad avalado por alguna institución.
7) Su médico de cabecera o su farmacéutico son insustituibles. Cualquier información que lea por ahó contrástela con estos profesionales. Ellos no le mentirán.
Me dice una compañera del centro que una medicación recomendada por Internet puede interactuar con otra que estés tomando por otro motivo o dolencia.
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