lunes, 18 de mayo de 2020

Juan Luís Vives, el humanista español.


Olvidamos con mucha frecuencia a nuestros héroes. En otros países ciertos personajes de nuestra Historia tendrían libros, películas y series, y nos habrían reconciliado con nuestro pasado. Pero los españoles están condenados a ser los españoles, solo atentos a lo que les duele y a que las heridas provocadas por el devenir histórico no se cierren.

Juan Luís Vives nació en 1492 en una familia de conversos judaizantes de Valencia. Lo de judaizantes lo sabemos a ciencia cierta porque la Inquisición sorprendió a su hermano Miguel oficiando como rabino en una sinágoga cladestina. El padre, llamado del mismo modo que el personaje histórico que nos ocupa, ardió en la hoguera, y los bienes de la familia fueron confiscados. Las hermanas reclamaron la herencia de su madre, Blanca March, hija del poeta Ausías March, y la respuesta del Santo Oficio para no devolverla fue desenterrar los restos de la mujer y quemarlos en otro auto de fé.

Ese ambiente no era propicio ni seguro para estudiar en una Universidad española, por lo que Juan Luís Vives prefirió matricularse en La Sorbona, donde enseñaban numerosos eruditos de origen español.

Amigo de Erasmo de Rotterdam y del humanista y político Tomás Moro ( muerto en 1535), aconsejó a reyes como Enrique VIII y su primera mujer Catalina de Aragón. Estos le dieron unas rentas y le pusieron un negocio de importación de telas para que se ganase la vida. Cuando Enrique VIII decidió romper con Roma porque el Papado no hacía lo que él quería en lo tocante a su segundo matrimonio con Ana Bolena, tanto Catalina de Aragón, la mujer desdeñada, como el Rey quisieron que Juan Luís Vives los apoyara sin fisuras. Como se negó a tomar partido en lo que acabaría provocando un Cisma y la división de Europa en dos bandos irreconciliables, le quitaron las rentas. Juan Luís Vives decidió huír por segunda vez.

Vives es el primer pensador que habla de Europa como una fuerza de unidad cultural y no como un lugar geográfico, algo que el mismo Erasmo de Rotterdam no hace ni una sola vez, según el historiador de 1950 Mario Sancipriano.

También aboga por la fundación de unos servicios de asistencia social para los más desfavorecidos, en una época en que el ciudadano medio cree que los pobres existen únicamente para proporcionarle un modo de ir al Cielo mediante la limosna.

Juan Luís Vives es un hombre que asiste a los inicios del Cisma de la Iglesia y propone como solución, no la guerra como aboga Carlos V, sino un concilio donde salgan cambios sustanciales y consensuados por los dos bandos. Es un hombre que recrimina en sus escritos el boato de la Corte de Alejandro VI y Julio II, pero que tampoco abraza el protestanismo. Un pacificista que rechaza todas las guerras entre príncipes cristianos, pero que habla de una alianza militar de as potencias mediterráneas contra el sultán de Turquía.

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