Jefrin Bayona es un muchacho de 15 años. Normalmente suele estar de buen humor, pero hoy siente que va a llegar tarde a clase, y eso que solo son las 6 de la mañana. "Esta noche no he pegado ojo- dice con cansancio- El bebé me despertó a las 10, a las 12 y a las 4 de las mañana".
Por suerte la precoz experiencia con la paternidad de Jefrin termina hoy. Porque el muñeco es un reborn programado para actuar como un bebé de tres meses real, con todas sus necesidades. Llora a turnos programados, tanto de día como de noche, para que los alumnos de un programa de prevención de los embarazos adolescentes no tengan más remedio que dejarlo todo y atenderle. Darle de comer, sacarle los gases o cambiarle de pañal.
Tras cuidar del reborn "Estiven" durante 48 horas,, Jefrin llega al instotito con cinco miutos de retraso y entrega el robot a la siguiente alumna, Alexandra Guerrero, de 15 años, que pasará los siguientes dos días ocupándose del muñeco.
Cada año en el mundo unos 17 millones de adolescentes dan a lux y correr mayor riesgos de sufrir complicaciones obstétricas e incurrir en dificultades económicas irreversibles para ellas o sus familias o de ver truncado su futuro escolar.
Además de las 48 horas de guardia con "Estiven", los alumnos colombianos de la región de los LLanos Orientales reviben 30 horas de formación de materias que van desde la educación sexual básica y métodos anticonceptivos hasta estereotipos sobre roles y estereotipos de género, violencia doméstica y organización económica del hogar. Los chicos tienen que aprobar un examen final sobre la parte teórica y hacer un trabajo escrito o filmado sobre sus experiencias con Estiven.
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