La Ronda de Noche, de Rembrandt van Rijn.

En 1642, año de la ejecución de este magnífico cuadro corporativo, Holanda está dividida en dos a causa de la Guerra de Flandes. En el norte protestante los pintores no tienen nuchas oportunidades de ejercer su labor y ganar algunas monedas. En Amsterdam no hay corte que encargue cuadros alegóricos ni los pastores calvinistas quieren cuadros de temática religiosa para decorar sus capillas. Sí hay burgueses para los que un buen retrato es una oportunidad de mostrar su ascenso social.

La Corporación de Arcabuceros era un grupo de milicianos burgueses dirigidos por Wals Bannick Cock. En 1642 Holanda seguía en guerra con la católica España pero a los milicianos de Bannick Cock ya no era muy posible que se les enviara a luchar contra los Tercios de Flandes, porque se enviaba a mercenarios para tal fin. La Corporación de Arcabuceros realizaba desfiles y hacía demostraciones de manejo del arcabuz contra un loro de madera.

En el cuadro original aparecían 18 personas, pero solo 16 de ellas pagaron por ser retratadas 100 florines por cabeza. Las domensiones del cuadro, 3 metros de ancho por 4 de alto (las cifras son aproximadas) hicieron que Rembrandt lo pintara en el patio de su taller, sin la asistencia de sus aprendices.

El cuadro pasó desapercibido entre los artistas contemporáneos de Rembrandt porque no era una composición jerarquizada del grupo sino una muy naturalista escena de desfile en una estancia en penumbra. Sí gustó al maestre de campo Bannick Cocq que le encargó dos copias. Las grandes dimensiones de la tabla obligaron a mutilarla, porque no cabía en la estancia para lo que estaba destinada. Desaparece un puente en la parte inferior y tres de los arcabuceros a los lados. Gente que había pagado y a  la que se debió devolver el dinero.

1642 es un mal año para Rembrandt. Muere su esposa y musa Saskia, y empieza a pintar para sí mismo, con lo que no consigue vender la mayor parte de sus obras y muere en la indigencia. Cae en el olvido hasta el siglo XIX. No pudo competir con los mecenas y las oportunidades de expresar su arte en la católica y arruinada por los españoles Ambares de Pedro Pablo Rubens.