lunes, 24 de agosto de 2020

Primicia: aparecen los restos del gigante de Altzo.

 Miguel Joaquín Eleicegui, de 2,41 metros de altura y 203 kilos de peso murió en 1861 a los 47 años con grandes dolores por culpa de la artrosis.

La película española HANDIA narra la historia de este pintoresco personaje del siglo XIX con buena acogida por parte del público. La cinta ganó 10 premios Goya. Este gigante fue exhibido en teatros y cortes de toda Europa. Ahora gracias al impulso de la cinta, los vecinos de Altzo y unos arqueólogos han desvaleado el misterio de qué había sido de su osamenta, uno de los misterios mas apasionantes del siglo XIX en el País Vasco.

Los Eleicegui se han pasado 170 años especulando con que los huesos de su antepasado podrían haber llegado al laboratorio de un frenólogo u osteólogo inglés. Ahora, científicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi han hallado partes del esqueleto de Miguel Joaquín en el osario del pueblo de Altzo. Un estudio forense revela que además el legendario gigante vasco padecía osteoporosis, además de la artrosis que le fue diagnosticada en vida, lo cual sería fuente de unos últimos años fisicamente dolorosos para él.

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