No he comentado ninguna obra de teatro hasta ahora. La que nos ocupa está basado en Barrio Sésamo, la serie en la que interactúan muñecos y personas de Jim Henson. Este musical se estrenó en 2003.
Todo comienza con un muñeco recién licenciado de la Universidad, Princeton. El muñeco se instala en un apartamento de alquiler de un destaratalado edificio de Q Avenue, un barrio de Nueva York. Allí conoce a Kate Monster, una adorable monstruíta de buen corazón que ahela compartir su vida con alguien. También conviven Nicky y Rod, un trasunto de Epi y Blas. Nicky es una marioneta curiosa cuya mayor preocupación es que Rod, un Blas gay y republicano salga del armario. Trekie Monster es el sosías del Mostruo de las Galletas, solo que lo que este consume compulsivamente es pornografía por Internet.
Entre los humanos esta Gary Coleman, el casero negro. Se supone que es el Gary Coleman real, un actor de color que interpretó de niño la serie WEBSTER, pero cuyos padres se han quedado con todo el dinero que ganó de niño. Los responsables del casting en Broadway sondearon al propio actor real pero este, aunque mostró interés, no se presento a las audiciones. Tendría mejores cosas que hacer. Eve Chrismas es una japonesa que trabaja en un restaurante coreano. Durante la obra se casa con Brian, un aspirante a cómico, que no encuentra trabajo.
La obra nos enseña que aunque busquemos un propósito en la vida, algo trascendente que nos saque de nuestro devenir cotidiano, algo que haga que las cosas parezcan más importantes de lo que son, podemos relajarnos, porque casi nadie encuentra esa sal a su vida. La vida simplemente pasa y lo mejor que podemos hacer es salir de nuestro paqueño mundo y de nuestros intereses y ayudar a los demás.
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