Los delfines son seres sociales y afectivos. Su cerebro se asemeja al de los primates: detectan el estado de ánimo de sus congéneres y el de los humanos.
Los delfines son detáceos diferentes del resto de los mamíferos desde hace 155 millones de años. Monos y hombres se "divorciaron" hace 6 millones de años.
El coeficiente de encefalización ( la relación entre el cerebro la masa corporal) es de 5,6 en el delfín, menos que en el ser humano (7,4) pero por delante de los primeros homínidos ( entre 3 y 4,7), chimpancés (2,5) y los perros (1,2). Necesitan un cerebro grande y exigente de mantener ( en cuanto a calor y alimento) por dos razones: la ecolocalización ( su sistema para orientarse en aguas abiertas) y la cooperación. Los ancestros de los delfines eran unos depredadores parecidos a los lobos y tenían grandes colmillos. Cazaban en las charcas. Los océanos se enfriaron , y los delfines pasaron de ser depredadores solitarios a convertorse en pescadores sociales, especializados en bancos de pequeños peces. Sus dientes menguaron , pero su cerebro aumentó.
Los delfines forman "pandillas" para cortejar a las hembras y robárselas a otros grupos de machos. Dos "pandillas" se pueden aliar incluso contra una tercera.
Pueden colocarse esponjas en la boca a manera de mascarillas de cirujano, para protegerse el hocico al rastrear los fondos arenosos en busca de peces escondidos, o usar a otros peces como "cucharas" para escarbar.
Son, como hemos dicho antes, cazadores cooperativos. En aguas poco profundas acosan a los cardúmenes de peces dando giros rápidos y cada vez más estrechos. Los peces escapan saltando a guas más superficiales donde les esperan las bocas de otros delfines.
En cautividad pueden aprender más de 80 señales de sus entrenadores y más de 2.000 combinaciones de señales. Entienden que el orden de la secuencia cambia el significado.
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