jueves, 3 de septiembre de 2020

Margaret Bourke- White (1904-1971)


 Esta fotógrafa y reportera de guerra nació en el Bronx en 1904. Sus padres, un ingeniero e inventor con muy mala pata para las inversiones económicas y un ama de casa, le enseñaron espíritu de superación, una sensación de que no había nada que le estuviera vetado por ser mujer y una inquisitiva curiosidad. Tras licenciarse en Biología, especializándose en el mundo de los reptiles, se imaginaba a sí misma haciendo trabajo de campo en alguna jungla remota. Empezo varios cursos para ver cual era su vocación, pero la muerte prematura de su padre cuando ella tenía 17 años la obligó a buscarse la vida.

Por entonces Bourke-White era muy aficionada a la fotografía por lo que se empleó como fotagrafa de arquitectura en Cleveland. Allí descubrió su talento el director de la revista TIME, Henry Luce, que la reclutó para un nuevo proyecto editorial, la revista FORTUNE, que iba a ser un escaparate del progreso y la vitalidad de la américa del periodo de entreguerras... cuando la Bolsa se había desplomado en 1929.

A Margaret Bourke-White le gustaban los retos y el mayor reto en 1930 era fotografiar dentro de la Unión Soviética. Pudo hacerlo porque había un grupo de arquitectos y empresarios de Cleveland que hacían negocios con los soviets de Stalin para modernizar la industria y las poblaciones de la URSS. No eran  necesariamente comunistas, pero les pagaban bien por su asesoramiento.

Bourke- White pudo fotografiar los locales nocturnos donde las élites del Partido descansaban y consumían productos que estaban fuera del alcance de los trabajadores. También pudo fotografiar al propio Stalin, que no era el gigante de las estatuas de la propaganda, sino mas bien bajito. En 1941 era la única reportera de guerra estadounidense que cubría la invasión nazi de la Unión Soviética.

Entre 1934 y 1936 cubrió el Dust Bowl, una sequía provocada por a mala gestión de la agricultura, que hizo que la Gran Depresión fuera peor para los granjeros del Medio Este. Fotografió colas de desempleados camino de los comedores sociales bajo carteles murales que hablaban de la prosperidad supuesta de la clase media americana.


Margaret Bourke-White decidió escribir un libro para reflejar el drama de la recesión del 29 y para escribirlo recurrió a Erskine Caldwell, con quien se casaría. La pareja no tendría hijos porque su vida independiente y errante no se adaptaba a ese tipo de vida.

En 1941 los japoneses bombardean la base naval de Pearl Harbour en Hawai. Margaret quiere cubrir la guerra y Erskine se niega a acompañarla en esta aventura porque ha recibido una oferta de Holywood. Como reportera de guerra, la primera de su país, Margaret recibiría permiso para cubrir las misiones de bombardeo pero no para acompañar a los soldados al frente. Ella siempre diría que fue porque en situaciones extremas los hombres tienden a ser sobreprotectores.


Está presente cuando las tropas del general Patton se hacen cargo de Buchenwald y Bourke-White es testigo de los horrores del Holocausto.

Uno de sus últimos trabajos es fotografiar a Mathama Gandhi en su ashram, una especie de comuna. Pero a cambio de las fotografías Gandhi exige que nuestra reportera aprenda a tejer en una rueca tejido kadish, puesto que todos los miembros del ashram lo hacían. En 1948, Margaret Bourke-White fue la última mujer que entrevisto con vida al asceta de la no violencia, pocas horas antes de que lo asesinase el pistolero nacionalista hindú Mathuram Godse.

En 1952 nuestra protagonista acude al médico por una molestia en una pierna. Tras varios diagnósticos erróneos resulta que es parkinson. Margaret Bourke-White decide coger el toro por los cuernos y luchar contra la enfermedad, no porque vaya a ganar, sino porque es así como la habían educado sus padres. Escribió su autobiografía y dirigío un documental donde mostraba su rehabilitación, con ejercicios como estrujar papeles para ejercitar las manos. Había que romper con el estigma que traía aparejado el parkinson en los años 1950 y 1960.Murió a los 67 años.

Una cita:

Los que se hallen en Milán entre septiembre de 2020 y febrero de 2021 pueden ver una exposición sobre esta fotógrafa en el Palacio Real de Milán.

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