La cinta narra la relación de la prostituta y asesina en serie Eileen Wuornos ( interpretada por Charlize Theron) con su amante Selby ( Christina Ricci). Me recordó mucho a BAISE MOI en el hecho de que una mujer con una vida sexual nada ejemplar, pero a la que no tiene más remedio que ceder, se venga de los hombres matándolos.
Les roba por supervivencia porque no está capacitada para ganarse la vida de una forma legal y le indigna de ellos que estén perdiendo el tiempo con desahogos sexuales con ella mientras que tienen en casa a esposas que les esperan. Se venga de los hombres por ser un peligro potencial para ella. No se puede dar el gusto de saber si se trata de una amenaza real porque no tiene ni las herramientas psicológicas ni el tiempo para darse ese lujo. Ellos tienen el poder sobre ella, tienen el dinero y a ellos la sociedad les acepta, pese a que a veces sean peores que ella.
La relación con Selby es normal en una pareja lésbica. Ella no tiene experiencia, no tiene herramientas y Ailene no quiere que se endurezca. Cuando con los demás es agresividad y desconfianza - por motivos reales y presuntos- con ella es dulzura. Eileen es la más fuerte y maltratada, y cuida de Selby. Preferiría no hacer otra cosa, pero un pasado de abusos físicos, el repudio de la familia tras su maltrato, la alineación, casi ocultan la mujer que podría ser si la sociedad le hubiera dado una sola oportunidad, si ella se la diese a sí misma. Pero la sociedad norteamericana maltrata a los que le estropean la falacia del sueño americano, que les hace mirar hacia lo que no quieren ver. Y Ailene toca fondo y mata a su primer cliente. Le seguirán otros seis, entre ellos un policía retirado.
Nota:
Eilene Wuornos fue real. Fue detenida por siete asesinatos de clientes en 1992 ejecutada en 2002. Ella misma dijo poco antes de su ejecución que estaba de acuerdo con la pena capital "porque llevaba el odio dentro y volvería a matar si se viese en libertad de nuevo".
El personaje de Selby corresponde a una muchacha llamada Tirya. Vendía cosas que Eilene robaba de sus víctimas en las casas de empeño, lo cual llevó su rastro a Florida. No se separó de Eilene porque la asesina en serie quisiera protegerla, sino porque la vida en la clandestinidad lleva a grandes tensiones y discutieron varias veces entre ellas. El FBI le dio la oportunidad de declarar contra Eilene. Lo curioso es que la propia Eilene le dio autorización para hacerlo. El crimen crea extraños códigos de valores.
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