Película de ciencia ficción del género technothriller. También es la primera vez que las personas de a pie veían en la gran pantalla una película protagonizada por un hacker.
Estamos en los años finales de la Guerra Fría y la política del presidente Reagan para arruinar la maltrecha economía soviética es invertir en costosos cachivaches tecnológicos que Rusia no puede fabricar por su cuenta. Y los ordenadores de una incipiente Internet van dentro del lote.
Claro que a David Lightman, un estudiante brillante de Secundaria de Seattle todo eso le pilla demasiado lejos. No sabe que el Gobierno ha decidido poner un costoso ordenador al frente de los silos de misiles cuando los oficiales del NORAD descubren que los operarios humanos tienen el defecto de ser reacios a cumplir órdenes que puedan causar la muerte de millones de personas.
Como el único interés de Lighman y su amiguita Jennifer Mack son los videojuegos, sobre todo los que todavía no han salido al mercado, nuestro hacker usa un modem telefónico para localizar los servidores de las empresas especializadas. Con la mala suerte que se encuentran con JOSHUA, el programa informático del NORAD, al que proponen jugar a la guerra termonuclear en el rol de la Unión Soviética. Y empieza la partida para una computadora que no está programada para distinguir entre la guerra real y sus algoritmos, y un Lightman, perseguido por el FBI y en trance de ser encarcelado por traidor a manos de unos adultos que no comprenden lo que es un pirata informático. Son los años 80, qué caray.
¿Podrán David y Jennifer encontrar al informático que creó a Joshua y convencerlo para que haga comprender a su creación lo que es la Destrucción Mutua Asegurada? La película muestra que los norteamericanos tenían miedo que una decisión no meditada de los líderes y una respuesta demasiado emocional de los militares pudieran desencadenar la Tercera Guerra Mundial y la destrucción de la especia humana. Todo el mundo tenía ese miedo a lo que pudieran hacer los demás. Por eso fabricaban más cabezas nucleares e invertían en sus soldados. No querían ir a la guerra, ignoraban que los rivales tampoco deseaban una confrontación niclear pero era tanto el miedo, que casi parecían destinados a cumplir las peores previsiones para la raza humana.
Para ver:
Lightman piratea el ordenador del instituto.
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