AS BESTAS. Primitivismo en la Galicia profunda.

 

Antoine y Olga son un matrimonio francés que trabaja en una explotación minifundista ecológica. Antoine se ha negado a aceptar la compensación de 6.000 euros    por usar terrenos municipales privados para instalar generadores eólicos lo que le lleva a una confrontación con sus vecinos más cercano, los ganaderos Xan y Lorenzo.

Lo que viene a continuación es una historia de acoso y de xenofobia de interés contra Antoine: sus vecinos le envenenan la cosecha, lo acosan, por ser un extraño que no ha firmado unos papeles que pueden decidir el destino de la población. Otros vecinos gallegos tampoco los han firmado, pero Antoine es el que representa las cosas que Xan teme: la ciudad, el poder establecido...

Sorogoyen tiene que basarse en un caso de homicidio sucedido en la población de Santoalla, lo que le ata las manos a la hora de narrar, algo que no se les mete en la cabeza a las personas que han visto esta película y se quejan de su ritmo. Galicia es así. Los ritmos de la naturaleza son así. Vivir en una aldea, apartada de casi todo es así. No es idílico, es cierto, pero tiene sus reglas. El que no las respeta....

El caso está basado en el asesinato de Martin, un granjero de origen holandés en Santoalla en 2010.Las tensiones con la familia Antas estallaron por una disputa por la explotación de un bosque maderable. Los Antas decían que todo el dinero que la maderera ofreciese debía ser para los residentes de origen español. Martin los denunció ante un Tribunal y ganó. La relación entre granjeros ecológicos y ganaderos pasó a ser cordial a no hablarse. Con el conflicto de los aerogeneradores eólicos empezaron los sabotajes a la granja de Martin y Margo.

En 2010 Julio Antas disparó contra el coche de Martin, matando al granjero. Juan Carlos Antas hizo desaparecer vehículo y cadáver. El cuerpo no aparecería mas que por casualidad hasta 2014, cuando un helicóptero de lucha contra los incendios forestales tuvo que hacer un aterrizaje forzoso y los pilotos encontraron los restos mortales.

Julio, el asesino, fue condenado a diez años en lugar de treinta a causa de su discapacidad mental. El tribunal opinó que no había habido premeditación y que el acusado no distinguía el bien del mal. Juan Carlos, su hermano menos, fue absuelto, ya que solo trató de proteger a su hermano con el encubrimiento. Margo, la viuda, es actualmente la única persona que vive en Santoalla. Los demás vecinos se marcharon antes de 2020.

https://www.youtube.com/watch?v=8FfTwEbN9YA