Esta líder militar vivió en lo que hoy es Angola en el siglo XVII. Reputada por su sagacidad política y su capacidad de hablar a los colonizadores portugueses en su idioma, fue enviada por su hermano el rey a negociar con ellos un tratado de paz en 1622. Los interlocutores europeos le ofrecieron a la muchacha un taburete bajo para indicar su inferioridad, algo que ella solucionó pidiéndole a un consejero que le hiciese de escabel sobre sus rodillas y sus manos, con lo que pudo sentarse a la misma altura que los portugueses.
Cuando murió el rey en 1624 se convirtió en reina de Kdongo (cuando las leyes establecían que el trono solo lo podía ocupar un hombre) y conquistó el próximo reino de Mutamba. La soberana estableció una alianza con los reinos cercanos para luchar contra los tratantes de esclavos portugueses a lo largo de 30 años. Equipó con lanzas y flechas a sus guerreros para el combate y los estimulaba con danzas guerreras. Ella misma acudió al campo de batalla durante los 30 años que duraron las hostilidades con los europeos.
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