El Museo Nacional de Antropología digitaliza 17.000 fichas con las costumbres locales que se recogieron por toda España en 1901 y 1902.
A principios del siglo XX los matrimonios de Laguardia, en la Rioja Alavesa que deseaban descendencia acudían al santuario de Santa Casilda, en la vecina provincia de Burgos, y tiraban piedras a un pozo para conseguirlo. "El que desea niños debe tirar piedras de mayor tamaño y las menores quien desea niñas".
En Santa Cruz de Tenerife se aconsejaba lo siguiente para el mismo propósito:"Para ser fecundada una mujer debía tomar en ayunas vino con una cucharada de rana tostada", "mecer una cuna en una casa en la que no haya niños pequeños" o "cubrirse las caderas con una bizma bien apretada durante varias semanas". Pero si la fecundación se producía en los días de "luna" (menstruación), "entonces se tendrá un bicho o fenómeno".
Y si se quería concebir un varón, "había que orientar la cama hacia el mar", "realizar el acto conyugal en pleamar" o realizar "el ayuntamiento poniendo en contacto las orejas izquierdas y forcejeando el hombre hacia el mismo lado". Si se deseaba concebir una niña "el coito se debía realizar a marea vacía o en los cuartos menguantes de luna"
Todo esto parece más propio de los consejos de una hechicera que de un médico formado en una Facultad de Medicina, pero nos habla de la sociedad rural en transformación a través de sus hñabitos y supersticiones. Pero forman parte del proyecto digital ENCUESTA DEL ATENEO: COSTUMBRES ESPAÑOLAS EN 1901 Y 1902, que avaba de lanzar el Museo Nacional de Antropología. Esta institución ha recopilado mas de 17.000 fichas referentes a alimentación, agricultura y ganadería, arquitectura, cargos religiosos y civiles, diversiones, indumentaria, y muchos otros aspectos de la vida rural española en los primeros años del siglo XX.
Los informantes de todas estas costumbres eran los médicos, los curas y lños boticarios. En realidad un total de 198 personas que ayudaron a informar sobre una España que acababa de perder sus últimas colonias en 1898, sobre el mal de ojo, los juegos populares y los oficios tradicionales.
Los interesados en asuntos picantes podrán saber que las chicas que querían disfrutar del sexo sin quedarse embarazadas se les aconsejaba "tomar un vaso de agua antes del coito""beber en ayunas agua con polvo de alcánfor" o "no entregarse a los arrebatos del aorgasmo venéreo, procurando que sea incompleto el acto mecánico, rechazando el líquido fecundado", algo que ya practicaban casi todas las muchachas burguesas y obreras en las ciudades y que ha llegado al siglo XXI con el nombre de "la marcha atrás".
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