viernes, 12 de julio de 2024

Los perros del parque.

En el parque de Soloarte, un grupo de perros juega,
Broki obsesionado con la pelota, ladra y ruega.
Duna, la traviesa jack Russell, se escapa a comer pan,
que los viandantes lanzan a los patos, ¡qué plan!

Lilu salta y espera, ansiosa por jugar,
pero solo con Amaya, su pelota podrá atrapar.
Sugar, en cambio, solo piensa en quitarle la pelota a Broki,
una competencia divertida, entre amigos caninos muy locos.

Y Tanta, la perrita albina de lanas tan largas,
corre y juega con ellos, entre risas y algarabías.
En el parque de Soloarte, la diversión nunca acaba,
con estos amigos peludos, la felicidad se desgrana.

En las dunas del tiempo, donde el viento susurra, 

Se teje una historia, una epopeya pura.

 Duna, la perrita, de ágil paso y mirada traviesa, 

Escapa sin temor, en su travesura empieza.

Jack Russell intrépida, de ágil salto y andar ligero, 

Desafia los límites con un brillo sincero. 

Junto al estanque de patos, su destino se fragua, 

Por el pan tentador, su lengua se desagua.

Broki, su amigo, obsesionado por las pelotas rodantes, 

Persigue su anhelo con ojos fulgurantes.

 Lys, la matriarca, con sabiduría infinita, 

Vigila con amor a la banda bonita.

Los amos, Saioa y David, con corazones abiertos, 

Cuidan con ternura a estos seres inquietos.

 Duna, con su travesura, alegra sus días, 

Y en su alma canina, despierta melodías.

Lilu, saltarina y ágil, tras las pelotas va, 

Con energía desbordante, nunca se cansará. 

En las dunas del tiempo, esta historia se enlaza, 

Con lazos de amor, donde la aventura abraza.

Que la saga de Duna y sus compañeros fieles,

 Perdure en el recuerdo, como cuentos de laureles. 

En las dunas del tiempo, su legado se alza, 

¡Bravo, valientes canes, en vuestras hazañas!


 

En un parque donde el sol baila entre los árboles, 

Donde el viento susurra cuentos de antaño,

 Donde los perros corren libres como el alma, 

Hay tres amigos que tejen su propio extraño lazo.

Yogui, el anciano de ojos nublados por el tiempo,

 Camina entre las sombras de los recuerdos, 

Recogiendo juguetes con devoción serena,

 Para Mikel, su amo, la luz de su universo.

Con paso lento y corazón noble, 

Yogui teje hilos invisibles de solidaridad, 

Ciego a los desplantes, sordo al alboroto, 

Es un guardián de la paz, un héroe sin vanidad.

Pero entre los trinos del jardín encantado, 

Se alza Sugar, travieso como el viento, 

Con la pelota de Broki en su boca dorada, 

Ignorando las órdenes de Alex, jugando su propio cuento.

Mientras Max, el pequeño explorador intrépido, 

Surca los senderos con paso decidido, 

Descubriendo tesoros en cada esquina escondida,

 Desafiando al mundo con su valiente latido.

En este cuento de parque y camaradería,

 Donde los lazos se forjan en risas y alegría, 

Yogui, Sugar y Max son héroes cotidianos, 

En el eterno baile de la vida canina, extraordinarios.


 

 

 

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