HIT, y capítulo final de la saga. Cómo provocar por fin el motín que siempre has querido reprimir.

Y nos despedimos para siempre del alcohólico, contestatario, con delirios mesiánicos - cree que si él no se ocupa el mundo no funciona- pero entrañable profesor de Secundaria Hugo Ibarra Toledo. Lo encontramos de tertuliano borde y lo despedimos como un hombre con responsabilidades familiares, que matiza lo que dice, pero aún así presta su cara a las más diversas causas y polémicas con las figuras de autoridad, aunque lo que reciba a continuación sean los pedazos rotos de la misma. Ya podía haber más personaje así en la tele.

El conflicto estalla porque Christian, un paciente de 31 años, con esposa e hijos, confiesa que empezó a fumar hachís en cantidades pabloescobarianas porque su profesor del coro, un sacerdote católico, abusó sexualmente de él. Una visita a la iglesia donde toca el coro, aún a cargo del mismo clérigo, desemboca en un amago de recaída.

Víctor, un terapeuta ex alcohólico, es partidario de aplicar un castigo de aislamiento para reprimir el acto no deseado. Hugo es partidario de dar abrazos y apoyo moral, lo que lleva a un motín de sus compañeros, partidarios de apoyar afectivamente a Chritian. HIT termina expulsado del centro Aasha y de sus terapias.

Entiendo que a pacientes con comportamientos disruptivos se les tenga que dar normas, rutinas y unas consecuencias claras si se salen de tono. Es lo que hay que hacer con todos los jóvenes y adolescentes. Pero es que Víctor y Emma están penalizando situaciones normales, que no se deberían castigar con severidad, mientras siguen un libreto pedagógico rígido. Prohíben las relaciones sentimentales, limitan el contacto con el mundo exterior, esperan un motín que se produce por sus ansías de que el motín no estalle.

Otra de las cosas que se resuelve en el capítulo final de la saga es que pasó con la terapeuta desaparecida, la que más se involucró con los internos. Ella enfermó por las tensiones de ver tanta desolación psicológica y no poder desahogarse con nadie. ¿Quién cuida al cuidador? Raúl, el terapeuta aliado de HIT la reconoce y la lleva a casa. él mismo sufre tensiones en su vida de pareja con Begoña, una chica de color, porque no puede desahogar con ella ni compartir el mundo y los problemas de sus pacientes, que a veces se convierten en los suyos propios.