La industria del sexo on line ofrece chatear con mujeres deseosas de satisfacer las fantasías sexuales de sus clientes, a quienes envían sus videos eróticos personalizados. Sin embargo, nada es lo que parece. Detrás de estas chicas complacientes, que nunca dicen que no, hay un ejército e conversadores profesionales entrenados para exprimir las carteras de los incautos. Un infiltrado permitió a los lectores de XL SEMANAL asomarse a este oscuro negocio.
Es de sentido común. ¿Cómo es posible que una chica joven y deseable tenga unos 800.000 subscriptores en Internet y estar siempre disponibles para ellos?¿Has dicho que no puede?!Premio para el caballero! El reportero especializado en temas de tecnología de la revista norteamericana WIRED, reparó en esta verdad inquebrantable cuando una vendedora de contenidos eróticos de OnlyFans le dijo que había contratado a una agencia para que se ocupase de atender por ella a sus insistentes clientes.
Los clientes no llegan a ponerse en contacto directo con la chica - algo totalmente desaconsejado por seguridad de ellas- sino que la agencia mantiene con ellos una conversación de texto y les envía vídeos pregrabados por los que se van desembolsando las tarifas acordadas. Las empresas que se ocupan de estos contenidos son opacas, la legislación de lo que se puede hacer o no en este sentido en las redes sociales es laxa, y los CEOS de estas empresas no hacen ruedas de prensa ni nada que se le parezca.
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