domingo, 1 de diciembre de 2024

Daniel Méndez entrevista a Colin Jones. La caída de Robespierre.


Calle a calle, hora tras hora de tensión insoportable hasta el sangriento clímax, Colin Jones se sumerge en un día clave de la Revolución Francesa: el 27 de julio de 1794. Ese día fue el último de la carrera política- y de la vida- del abogado jacobino Robespierre. Se encontraba al frente del Comité de Salvación Pública que había dirigido con mano dura la represión contra monárquicos, contrarrevolucionarios, girondinos, acaparadores de alimentos, etc, desde su creación en abril de 1793. Se levantó pensando que sus aliados o la propia Guardia Nacional le harían salir airoso de una conspiración más contra él y al día siguiente lo guillotinaban con la mandíbula rota a causa de un disparo.

Hasta ahora los historiadores pensaban que para el 9 de Termidor del año II la gente sentía un hartazgo generalizado y una profunda desilusión ante una revolución que ni colmaba sus expectativas ni llenaba sus platos. Pero lo cierto es que estaban pensando cuidadosamente en qué bando militarían, la cabeza de quien pedirían, con quién se levantarían en armas o morirían. 

La gente salió a las calles. El Hotel de Ville ( la plaza del ayuntamiento de París, cuartel general de Robespierre) estaba vacío, pero las masas se dirigían a las Tullerías, sede de la Convención Nacional.

La intención inicial no es descabalgar del poder a los jacobinos ni poner fin al Terror. Solo querían defenestrar políticamente a Robespierre. Pero los miembros que dirigían el levantamiento son antiguos colegas de Robespierre, que se han cansado de que él esté al mando.

Hubo un ir y venir de noticias falsas. Los jacobinos levantados contra su líder pensaban que la Guardia Nacional pondría fin a la revuelta y algún tiempo después posiblemente también a sus vidas, pero la indecisión por parte de la Comuna y de los sans culottes, que no saben si rebelarse hoy o al día siguiente, les dan un balón de oxígeno que resulta fatal para Robespierre.

Los miembros de la Convención nacional se organizaron, nombraron un comandante militar y salieron a as calles. Recorren los barrios parisinos con antorchas y leyendo proclamas contra Maximilien Robespierre al que acusan de haber usurpado la Revolución para sus propios intereses. Le gente consideró que estas personas eran mas de fiar que la Comuna de Robespierre.

Robespierre podría haber reaccionado a tiempo, haberles hablado a las masas, pero 9 de Termidor no se le permite hablar en la tribuna y al final del día recibe un disparo en la mandíbula que le inutiliza como orador. En algún momento reclama papel y pluma para poder escribir algo pero no se lo traen. De hecho estuvo ausente de la Convención Nacional y del Comité de Seguridad Pública durante un periodo de cuatro o de seis semanas antes de su arresto. Se especula que estaba enfermo. Pero al mismo tiempo acude regularmente al Club de los Jacobinos y no hace alusión a ningún malestar físico de ningún tipo.

La gente cree que se ha vuelto un paranoico que ve conspiraciones y enemigos por todas partes. Pero está muy preocupado por los complots contra la República, que son muy reales. El 8 de Termidor de un discurso en el Club de los Jacobinos. Cree que el pueblo le apoyará sin fisuras en los días de desorden e incetidumbre que se avecinan. Lo que no sabe es que lo que se avecina es una Revolución sin él.

 Durante los primeros años de la Revolución había defendido las libertades individuales y la libertad de expresión, había lanzado discursos contra la esclavitud e incluso se había negado a apoyar la pena de muerte. Pero en 1793 los líderes jacobinos se volvieron más autoritarios por el hecho de que Francia estaba ya en guerra contra todas las potencias europeas por parentesco con el guillotinado Luís XVI o porque temían que lo que pasaba en Francia fuese contagioso.

No obstante, el creyó ser siempre muy popular entre el pueblo y que la Guardia Nacional se opondría a un complot de los suyos contra él. Incluso sus enemigos lo creen. Por eso están indecisos.

Durante todo el periodo del Terror se ha apoyado en la pequeña burguesía, los mantagnards. A los sectores de la Convención mas moderados, contrarrevolucionarios, Robespierre lleva atacándolos con sus discursos durante meses, y se da cuenta de que ya no le queda tiempo para hacer las paces con esta gente. Los montagnards lo atacan al día siguiente...

La hermana de Robespierre escribió unas memorias y dice que él es como un profesor despistado... A veces lee despachos mientras le sirven la sopa y es capaz de tirar el plato sin darse cuenta, haciendo que todo caiga sobre la mesa.

El término Terror se usó a partir del 10 de Termidor, no antes, Nadie llamaba Terror a las 50 ejecuciones diarias entre septiembre de 1792 y julio de 1794, que es cuando existió este tipo de régimen. Es como un Estado de Excepción hasta que la guerra se gane o pierda, para el que hay que ir más allá de la libertad individual. Pero cuando las tropas prusianas son detenidas en seco por una milicia de sanas culottes en Valmy y las tropas parecen alejarse de París, la gente se pregunta para qué sirven todavía 50 ejecuciones diarias. Pero Robespierre sigue viendo complots por todas partes.

Un elevado número de la población parisina tiene a un familiar en el frente o en la cárcel esperando la ejecución por parte del acusador público jacobino Fouquier-Thinville. Todo esto afecta a cómo se van desilusionando con la Revolución y por qué se vuelven contra Robespierre.

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