5 de abril de 1492. Una terrible tormenta se ha abatido sobre Florencia y un rayo ha destruido la linterna de la cúpula de Santa María de las Flores. Cuando informaron de esto a un convaleciente Lorenzo de Médicis en la villa Careggi, supo que no sanaría y que su muerte estaba próxima. Murió el 8 de abril. Le sucedió Piero de Médicis, el Fátuo, un gobernante derrochador, homosexual - se acostaba con un guapo palafrenero español- e incapaz de escuchar los sabios consejos de los asesores políticos de Lorenzo.
En noviembre de 1494 los florentinos opinan que ya han aguantado bastante la dejadez de Piero y se levantan en revuelta, por lo que éste y su séquito más cercano tienen que huir. Es en este contexto que aparece en escena Savonarola, también conocido como el Fraile Negro. Había llegado a Florencia invitado por Lorenzo el Magnífico a raíz de su supuesta capacidad para la profecía desde su Ferrara natal
Empezaron una serie de prédicas contra todo lo que representaba el humanismo y las corrientes renacentistas. Se quemaron abalorios, joyas, vestidos, cuadros y libros. Savonarola decía que el Goberno ideal para Florencia era una República gobernada en nombre de Jesucristo. En otoño de 1494, los florentinos envían a Savonarola a la corte de Carlos VIII, para negociar, sin éxito, la inminente invasión de Italia por parte de las tropas francesas.
Las prédicas de Savonarola se hecieron más radicales y éste no tardó en reclutar 15.000 niños polícias para patrullar las calles y velar por la moral de los florentinos. Las mujeres tenían que destruir sus ropas lascivas; se cerraron las tabernas y se prohibió el juego. La amenaza del fuego eterno de un hombre que no sabía de gobernar mas que Piero estaban poniendo en peligro todos los logros del Renacimiento. Hasta que llegaron a oídos del Papa Alejandro VI Borgia, su superior directo.
El Papa Borgia - a través del superior de su orden- no tardó en prohibir a Savonarola predicar, pero Ssvonarola, indiferente a quién tenía enfrente y cuáles solían ser sus métodos, siguió haciéndolo y jugueteando con proposiciones heréticas. Su argumento era que él obedecía a Dios y el Papa Alejandro VI era solamente un hombre. Alejandro VI lo llamó a Roma- cosa que Savonarola declinó-, y por último lo excomulgó.
Fra Doménico de Pescia, de la Orden de los Predicadores, defendió que la iglesia necesitaba reformas, y dio el tiro de gracia cuando informó a los florentinos que consideraba nula la excomunión de Savonarola. Además, como por la boca muere el pez, se comprometía a entrar en el fuego y salir de él ileso, para probar la veracidad de lo que decía. Le acompañarían en el desafío los frailes menores Francesco Foco de Puglia y Fra Nícolo de Giovanni Pili.
Todo tendría lugar el 7 de abril de 1498 en la Plaza de la Signoria, ante la plebe y los nobles de la ciudad. Fra Doménico debió pensar entonces que el fuego de verdad quema y se buscó excusas para no entrar. Primero exigió entrar con una cruz de madera, cosa a la que se accedió porque la madera es combustionable. Luego quiso entrar con una Sagrada Forma, lo que a las autoridades seglares les pareció herético. En esto que empezó a llover y ya no hubo espectáculo.
El 9 de abril de 1498 el pueblo toma en masa el convento de San Marcos, a pesar de estar defendido con bombardas. Matan a cinco monjes, entre ellos el hermano de Savonarola, y capturan al tipo que les ha hecho la vida imposible durante cuatro largos años, junto a Doménico de Pescia y Fra Silvestro de Florencia. Encerrado en los calabozos de la Signoría, pasa los días tumbado en el suelo, con los cepos puestos y el brazo dislocado y roto a causa de las torturas. En esas condiciones compuso INFELIX EGO, el miserere basado en el Salmo 51, que tanto consiguió conmover a su carcelero.
Alejandro VI lo condenó como hereje a través del cardenal leridano Francesc de Remolins. Sería colgado y después quemado el 23 de mayo de 1498 en el angulo formado entre el Palazzo de la Signoria y la Loggia dei Lanzi el 23 de mayo de 1498, donde tantas veces había predicado. En el solar donde Miguel ángel esculpió el David en 1504.
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