Escena: Oficina de Amon Goeth.
(Una habitación austera, con muebles oscuros y un escritorio imponente. Amon Goeth está sentado tras el escritorio, encendiendo un cigarrillo. Hujar está de pie frente a él, rígido, con las manos cruzadas a la espalda. La atmósfera es tensa. Goeth lo observa en silencio durante unos segundos, disfrutando de su incomodidad.)
Goeth
(Exhala una nube de humo, su tono es frío y calculador)
Hujar… ¿Cuánto tiempo llevas sirviendo bajo mi mando?
Hujar
(Responde rápidamente, con la voz firme)
Tres años, Herr Kommandant.
Goeth
(Se recuesta en la silla, cruzando las piernas)
Tres años. Y en esos tres años, ¿te he dado motivos para pensar que tolero la desobediencia?
Hujar
(No vacila)
No, Herr Kommandant.
Goeth
(Baja la voz, casi susurrando, pero su tono es venenoso)
Entonces explícame… ¿qué demonios estás haciendo?
(Hujar se queda inmóvil, pero su mandíbula se tensa. Goeth se inclina hacia adelante, apagando el cigarrillo en el cenicero con un movimiento brusco.)
Goeth
(Con dureza)
No intentes negarlo. Sé todo sobre esa judía. Rebecca, ¿no es así?
(Hujar aparta la mirada por un instante, pero se recompone rápidamente.)
Hujar
(Secamente)
No hay nada que explicar, Herr Kommandant.
Goeth
(Se levanta de golpe, golpeando la mesa con las manos, su voz aumenta en volumen)
¡Por supuesto que hay algo que explicar! ¿Qué crees que estás haciendo, comportándote como un niño sentimental? Esto no es un juego, Hujar. No es un romance prohibido de novela barata. ¡Esto es la Schutzstaffel!
(Hujar permanece en silencio, pero el sudor empieza a formarse en su frente. Goeth comienza a caminar lentamente alrededor de él, como un depredador acechando a su presa.)
Goeth
(Con un tono más suave, pero no menos amenazante)
Los hombres te observan, Hujar. Te respetan… o al menos eso pensaba. Pero dime, ¿qué pensarán cuando vean que su superior no puede controlar sus impulsos? Que pierde la cabeza por una prisionera.
(Hace una pausa, dejando que sus palabras calen. Luego se detiene detrás de Hujar.)
Goeth
(En un susurro helado)
Esto no se trata solo de ti. Se trata de disciplina. De orden. Si permito que algo como esto pase desapercibido, toda esta operación se viene abajo. Y eso, Hujar, no puedo permitirlo.
(Hujar aprieta los puños, pero no responde. Goeth vuelve al frente, enfrentándolo cara a cara.)
Goeth
(Directo, cortante)
Vas a hacer lo que se espera de ti. Te llevarás a esa judía al bosque y pondrás fin a esta locura. Como un adulto. Como un oficial de las SS.
(Hujar traga saliva, su expresión muestra un conflicto interno evidente.)
Goeth
(Sarcásticamente)
¿O prefieres que lo haga yo? Aunque dudo que sea tan amable como tú crees ser.
(Hujar finalmente asiente con un leve movimiento de cabeza. Goeth lo observa con desdén y regresa a su silla.)
Goeth
(Sentándose, en tono seco)
Bien. Ahora lárgate y haz lo que tienes que hacer.
(Hujar saluda, da media vuelta y sale de la oficina, cerrando la puerta tras de sí. Una vez que está solo, Goeth se sirve un vaso de licor y sonríe con desprecio, murmurando para sí.)
Goeth
(Satisfecho)
Veamos si aún tiene algo de utilidad en él.
Título: El Juramento de Hujar
Escena: Un bosque sombrío y silencioso. El sol apenas se filtra entre los árboles, y el sonido de pasos crujientes en la nieve rompe el silencio. Hujar camina detrás de Rebecca, sujetándola suavemente por los hombros. Rebecca tiembla, pero no se resiste. Hujar lleva un arma en su mano derecha. Ambos parecen conscientes de lo inevitable.
Rebecca
(Con la voz entrecortada, se detiene y voltea hacia Hujar)
No tienes que hacerlo… Puedes simplemente irte. Déjame aquí, déjame escapar.
Hujar
(Sus ojos están llenos de dolor, evita mirarla directamente)
No es tan simple, Rebecca. Si no lo hago, te buscarán... Nos buscarán a los dos. Esto no se trata solo de nosotros.
Rebecca
(Le toma la cara entre las manos, obligándolo a mirarla)
Entonces huye conmigo. No importa dónde, pero lejos de esto.
Hujar
(Sacude la cabeza, apartándola suavemente)
Si fuera solo por mí, lo haría. Pero... (Pausa, se le quiebra la voz) No sobreviviríamos. Y ellos lo pagarían... todos lo pagarían.
Rebecca
(Con lágrimas cayendo, pero con una voz firme)
Entonces hazlo. Pero hazlo rápido. No me hagas sufrir más de lo necesario.
Hujar
(La mira con una mezcla de amor y desesperación. Se acerca lentamente, acaricia su rostro y le susurra al oído)
Perdóname, Rebecca. Por todo. Por no ser más fuerte. Por no salvarte. Por esto…
Rebecca
(Cierra los ojos y asiente levemente)
No tienes que pedirme perdón. Porque yo te amo, incluso ahora. Incluso aquí.
Hujar
(La besa suavemente en los labios, con un temblor evidente en sus manos. Luego se aparta un paso, respira profundamente y apunta el arma. Tiembla, pero aprieta el gatillo. El disparo resuena en el silencio del bosque. Rebecca cae al suelo. Hujar deja caer el arma y se arrodilla junto a ella, hundiendo la cara entre las manos.)
Hujar
(Murmurando entre sollozos)
No terminará aquí, Rebecca. Te lo juro… Me vengaré.
(Hujar se levanta lentamente, limpiándose el rostro con el dorso de la mano. Mira el cuerpo inmóvil de Rebecca una última vez antes de cubrirlo con ramas. Luego, con la mirada endurecida, se aleja del lugar.)
Escena: Oficina de Hujar en el campamento.
(Hujar escribe rápidamente en un papel. Su rostro está tenso, pero sus ojos muestran determinación.)
Hujar
(En voz baja, mientras escribe)
Nadie lo sabrá. No diré que Oskar Schindler ha entregado su fábrica a Bankier y Stern, ni mencionaré lo que planea. Pero tú, Goeth… (Hace una pausa, reflexionando, y continúa con una voz cargada de odio)
Tú pagarás. Helen Hirsch será tu condena. Tu debilidad será tu ruina.
(Se detiene, mirando al vacío, como si estuviera viendo el futuro que trama. Luego, dobla el papel y lo guarda en su bolsillo. Apaga la lámpara de su escritorio, dejando la habitación a oscuras, mientras se escucha de fondo el sonido de los pasos de los guardias que patrullan afuera.)
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