Gina Périer es una arquitecta francesa que ha creado unos retretes comunitarios que ahorran a las mujeres - y a cualquiera que orine en cuclillas- la posibilidad de no perderse la mayor parte de los conciertos de los festivales haciendo colas para orinar.
Por otra parte he seguido investigando sobre lo de hacer pis en los campamentos de refugiados y he descubierto que los roginyas solo dispones ne sus campamentos de un retrete femenino por cada cien niñas y mujeres. No pueden lavarse las manos después, no pueden hacer cosas como cambiarse las compresas cuando las necesitan y todas salen a hacer sus necesidades por las noches en las colinas cercanas, exponiéndose a un mal encuentro con los hombres del campamento.
El lavabo ha sido siempre un espacio de sororidad para las mujeres. Una chica contaba que encontró a su pareja, en los últimos compases de la relación, con la compañera de trabajo con la que había jurado que no estaba. Con unas copas de más en el cuerpo, una amiga la llevó al cuarto de baño femenino para tranquilizarla. Permitió que la afectada llorara, despotricara contra la pareja infiel. Todas las mujeres que entraron después en el mingitorio la consolaron, le prestaron toallitas y maquillaje para disimular que la chica del novio infiel no había estado llorando y le dieron consejos, por lo uqe la ruptura fue menos dramática de lo que hubiese sido de encararse con la pareja desleal.
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