domingo, 15 de mayo de 2011

Los coches cumplen 125 años.



El primer constructor de vehículos de automoción fue el ingeniero Benz hace 125 años. El primer motor constaba de un único cilindro y pesaba unos 100 kilos, una pluma para un técnico acostumbrado a los armatostes de las fábricas de la época. Como la bujía aún no era una realidad, se mezcló el aire con el combustible mediante una bobina y una batería.


Desconocemos la fecha en que el coche de caballos sin caballos circuló por primera vez, pero todo parece indicar que fue a finales de 1885.


Por su parte, los ingenieros alemanes Gotliet Daimler y Wilhelm Maybach estaban fabricando otro invento automotriz, la primera motocicleta. Tenía un motor de explosión y sus dos ruedas eran del mismo tamaño, a diferencia de los velocípedos tan de moda por esa época. Sólo se fabricó una unidad en 1885.


En 1888 la señora Benz decide hacer un viaje de 100 kilómetros con dos de sus hijos, a espaldas de su marido. En esa época, las carreteras ni siquiera estaban asfaltadas. El protopipo de Benz carecía de la tracción suficiente para subir cuestas por lo que Bertha y su hijo Eugen salían a empujar mientras el pequeño se encargaba del volante. Para eliminar una obstrucción en el depósito del combustible, Bertha Benz usó un alfiler de sombrero. Más tarde, cuando un cable del encendido se soltó, la intrépida mujer usó una de sus ligas para repararlo. Llegaron a Pzorheim sin novedad, al anochecer.


Actualmente, en recuerdo de esta aventura, en 2008 se creó la Bertha Benz Memorial Route, con una distancia de 106 kilómetros.


La primera competición de coches tuvo lugar en 1887, poco después de crearse los primeros motores de gasolina. El recorrido por el extrarradio de París apenas excedía los 3 kilómetros. No se pudo celebrar la carrera porque únicamente se presentó un vehículo.


En 1894 se corre la primera carrera documentada con bólidos que no superan los 20 kilómetros por hora. El recorrido de 127 kilómetros unía las ciudades de París y Rouen. El primer conductor que cruzó la meta, el conde de Dion, fue descalificado porque se valió de la ayuda de un fogonero para mantener caliente la máquina. El premio recayó en otro piloto aficionado de un Peugeot.





La primera mitad del siglo XX está marcada por los clanes de fabricante de automóviles, sobre todo en Francia: Los Peugeot, los Renault y los Cïtroen. En Italia los Agnelli, padre e hijo, fundarán en Turín los cimientos de la empresa que se convertirá en FIAT.


Ford deja su trabajo de ingeniero en la empresa de patentes de Edison y funda su propia empresa de automóviles, de donde saldrán los popularísimos Modelo A y Modelo T. Cuando el diseño de los coches Modelo T sea superado, saldrá a la luz una versión mejorada, con el nombre de Nuevo Modelo A.


Hitler encarga en 1934 a Ferdinand Porsche un coche para las clases trabajadoras en 1934. Su consumo de combustible no podrá superar los 10 litros durante 100 kilómetros. La respuesta es el simpático Wolswagen Escarabajo.


Mientras tanto, Agnelli padre, el director de FIAT tiene relaciones tirantes con Mussolini. El resultado es que se le permite seguir con el negocio, a pesar de que ha prohíbido a sus mecánicos afiliarse a un sindicato fascista, pero no podrá exportar sus modelos.

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Francia es ocupada por los nazis, que envían a las compañías a sus propios ingenieros, para beneficiarse de las patentes de motores. Citroën deja de producir en 1943 porque no quiere contribuir al desarrollo industrial de una nación dirigida por asesinos de ciudadanos franceses. Louis Renault, por el contrario, colabora con el gobierno de Vichy, por lo que al final de la contienda es tildado de colaboracionista y encarcelado en la prisión de Fresnes, donde morirá en 1944.


En 1955 tiene lugar la peor catástrofe en una carera de coches. El Mercedes- Benz de Pierre Levegh se estrella a una velocidad de 250 kilómetros por hora contra un Austin- Healey, sale volando por los aires y va a parar a la grada. El capó, convertido en una peligrosa cuchilla, y el parachoques, transformado en metralla letal, acaban con la vida del piloto y 83 espectadores. Hubo 210 heridos.

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