martes, 3 de mayo de 2011

Los Jeep cumplen 75 años.



La Primera Guerra Mundial significó el final de la inocencia de los europeos. Perdieron la fe en sus dirigentes, y descubrieron que en lo sucesivo tendrían que vivir con la idea de que el terreno que pisaban no era tan firme como querían creer.



Los caballos no pudieron luchar contra los veloces obuses y eran un blanco preferente de los nidos de ametralladoras, por lo que salvo España y algún país más que no lo comprobó in situ, fueron despedidos en favor de los vehículos motorizados.



Durante la Segunda Guerra Mundial los correos de casi todos los ejércitos participantes se desplazan por la retaguardia en flamantes motos y algunos cuerpos del ejército nazi no promocionan a sus integrantes a los puestos superiores si no saben desarmar y volver a montar un motor. Es la guerra que vio nacer al Jeep.



Los departamentos técnicos del ejército de los Estados Unidos querían un vehículo con tracción a las cuatro ruedas, con parabrisas abatible, capaz de transportar hasta 300 kilos de material, que pesase menos de 590 kilos vacío, con espacios para tres tripulantes y una ametralladora, por eso de los ataques aéreos, y no exceder una altura de 90 centímetros. El Jeep fue la respuesta elegida.



Su fabricante, Bantam, recibe el encargo de 1500 unidades, pero sus riveles de Willys Overland meten cuchara en los despachos de Intendencia del Pentágono, y al final les roban la merienda. Ford y Willys reciben un encargo de 16.000 y 15.000 vehículos que ya estarán disponibles en 1941, justo a tiempo para la entrada de Estados Unidos en la guerra.



¿Por qué se llama Jeep? Los más serios dicen que es una abreviatura de General Porpose Vehicle (GP). Otros dicen que es una alusión a un personaje de las aventuras de Popeye con supuestos poderes sobrenaturales. Concretamente, Eugene "The Jeep".



Los Jeep servían para todo. Los rudos marines jugaban a las cartas apoyados en sus capós. El parabrisas abatible permitía trasladar a los heridos del frente hacia un lugar más seguro. Los capellanes se encaramaban a ellos para hacer sus servicios religiosos. Incluso en el norte de áfrica los ingenieros a las ordenes del general Patton usaron sus baterias para conectarlas a los refrigeradores.



De hecho, muchos europeos, el primer recuerdo que tienen de los Jeep, es del día en que los aliados los liberaron de la ocupación nazi a bordo de ellos.

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