lunes, 13 de febrero de 2012

"Silencio en la nieve", de Gerardo Herrero. La epopeya de la División Azul.




Me encantan los thriller, y este me ha sorprendido. Nos lleva a una época de la historia de España que no suele ser muy cinematográfica. Las películas bélicas españoles suelen tratar del franquismo y de sus efectos colaterales. Pero esta película, no. Nos lleva a las operaciones militares de la División azul, en torno a una posición del frente de Smolensko.
1943. El Sexto Ejército acaba de rendirse en Stalingrado. Arturo Andrade trabaja en el servicio de Intendencia de los voluntarios españoles, destazando reses para el rancho. Republicano, posiblemente está por allí, en una guerra donde nadie le ha llamado, para limpiar el expediente.
Su suboficial, un sargento de Intendencia interpretado por Carmelo Gómez, descubre un cadáver de un compañero, Luis del Águila, degollado, entre un montón de cadáveres de caballos sementales muertos de congelación. Quiere la mala suerte que Andrade sea un antiguo inspector de policía. Su coronel, obviando el absurdo de investigar una muerte ritualizada en medio del caos de las operaciones por conservar Smolensko, le ordena que busque al culpable.
Y así comienza la aventura.
Andrade nos llevará por un frente ruso donde los soldados soviéticos no son precisamente los que inspiran más miedo; un lugar donde la vida vale tan poco, y las ilusiones mueren tan pronto, que la ruleta rusa es sólo una distracción más, aparentemente prohíbida, eso sí. La confraternización con los civiles soviéticos, los enfrentamientos con los soldados de la Wehrmatch, y una canción infantil, ocupan los días de Andrade:

Mira que te mira Dios,

 Mira que te está mirando;

Mira que vas a morir;

mira que no saben cuándo.

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