martes, 19 de marzo de 2013

De conejos y de neandertales.

Cuando llegoron a Europa los hombres de Cromagnon descubrieron que no estaban solos. En el continente todavía vivían los hombres de Neanderthal, habituados al frío, anchos, resistentes, con un umbral del dolor altísimo...
Pero tenían un punto flaco. Se habían hiperespecializado en cazar presas grandes como los ciervos megaceros y los mamuts lanudos. El riesgo por cazar estas presas era alto pero el beneficio en proteínas para los diferentes clanes también lo era. Cuando estos animales desaparecieron, los neandertales no pudieron cazar presas pequeñas pero superabundantes, como los conejos.
"El conejo es un pequeño bastardo. Gastas demasiada energía para cazar uno solo, le dedicas un montón de tiempo, y no proporciona tanto alimento. Por supuesto, los neandertales podían construir redes de fibra vegetal o trampas, pero ¿consideraron que valía la pena?", dice un antropólogo.
Los Cromagnon encargaban la caza de presas pequeñas a las mujeres y los niños de los clanes, mientras ellos se especializaban en las presas peligrosas. Los niños usaban redes y ahumaban las madrigueras durante la temporada de cría. También se diseñaron lanzas arrojadizas ligeras para las mujeres e, incluso, arcos. Lo ideal para cazar una pieza pequeña, escurridiza, que corre en zigzag. El conejo.

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