miércoles, 21 de mayo de 2014

Smoky, una perrita en la Segunda Guerra Mundial.

La yorkshire terrier estaba desnutrida y mal trasquilada cuando un compañero de pelotón se la mostró al cabo Wynne, con la intención de vendérsela. Este suboficial ya había cuidado de otros perros antes, así que temiendo por el futuro de la perrita, decidió comprarla por dos libras australianas, un buen pellizco en la paga de un marina destinado entre las fuerzas empleadas por Mc Arthur para reconquistar las Filipinas.
Pocas semanas después, el cabo Wynne sufría un acceso de dengue y era enviado a un hospital de campaña. Los coleguitas del pelotón le enviaron a su perrita Smoky para que pasara un tiempo con él, sin saber que iban a cambiar la historias de las terapias de rehabilitación.
Los compañeros de Wynne contaron a las enfermeras que Smoky había empleado su cuerpecito - era una yorkshire terrier pequeñita- en pasearse un día de bombardeo japonés por una tubería para ayudar a los zapadores a tender unas líneas de comunicaciones. Ese día salvó la vida de 250 soldados y más de 50 aviones.
Las enfermeras pidieron permiso a Wynne para llevar a Smoky por todo el hospital para que los soldados heridos o enfermos pudieran jugar con ella un ratito por turnos. "Era unas risas verla perseguir las mariposas alas de pájaro de la reina Alejandra. Las mariposas abultaban más que ella. Qué saltos daba", recordó un veterano cuando todo hubo terminado.
Wynne y Smoky fueron enviados de permiso a Australia para restablecerse. Pero la noticia de que existía entre las tropas de Filipinas y Nueva Guinea una perrita que hacía trucos, como andar sobre la cuerda floja o usar un patinete para yorkshires terriers corrió. Los capitanes médicos dispensaron de hacer algunas tareas peligrosas a Wynne para que montase espectáculos o llevase de ronda médica a Smoky por los hospitales de campaña.
Habían nacido los animales de terapia. En 1947 los propietarios de perros más patriotas de los Estados Unidos estaban prestando sus perros a los hospitales de campaña para que ayudasen en las terapias a los soldados heridos o con neurosis de guerra más renuentes a las terapias.
Smoky se retiró de la vida pública en 1955, cuando  los que distraía ya volvían de Corea. Murió mientras dormía a los 14 años, en 1957.

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