jueves, 30 de julio de 2015

GORILAS EN LA NIEBLA, de Michael Apstead.

Es entrar de lleno en la polémica meterse en el tema de biografiar a Dian Fossey, ya que es un personaje que tiene o detractores o admiradores, todos ellos acérrimos. Dian Fossey gastó todos sus ahoros en 1966 para viajar a África con la finalidad de entrevistarse con el paleoantropólogo Louis Leakey. El estaba convencido de que estudiar a los grandes simios proporcionaría datos acerca de cómo evolucionó el hombre.
La primera entrevista con Fossey no pudo ser más calamitosa. Leakey la tomó por una turista, Fossey se rompió un tobillo y, para colmo, esta californiana pisó y destruyó un valioso fósil de homínido. En la película la californiana, de 34 años, pide trabajo a Leakey tras una conferencia, cuando en realidad es Leakey la que solicitó la colaboración de Fossey, una antigua terapeuta ocupacional de niños con problemas de desarrollo - con necesidades especiales, que los llaman en los Estados Unidos-.

Otra cosa que la película de GORILAS EN LA NIEBLA (1988) parece querer hacer es ensuciar el nombre del fotógrafo de la naturaleza asociado a National Geogaphic, Robert Campbell. En la pelicula Fossey y Campbell inician un romance, a pesar de que el fotógrafo está casado. Hubo relación sentimental, e incluso en el documental que adjunto abajo, Bob se queja de que Fossey entró una noche en su tienda y quiso besarle, por lo que él se vio obligado a rechazar sus avances. Lo cual puede ser cierto o no. Lo que no es cierto es que Campbell prometiera a Fossey separarse de su mujer.

La película exagera la inestabilidad del carácter de Fossey. Muestran a una mujer que actúa posesivamente con sus gorilas. De hecho, un periódico estadounidense la retrató como "una alcohólica que cree que sus gorilas son mejores que la población humana negra que la rodea". Solía ponerse caretas de Halloween y hacer creer que era una bruja para ahuyentar a los furtivos y a las mafias del carbón vegetal. Las malas lenguas dicen que desnudaba a los furtivos que capturaba y los azotaba con ortigas. Lo cual puede ser cierto o no.
La verdad es que era una persona inestable, pero como yo mismo también soy inestable, supongo que debo alegrarme de no ser el único blanco en un campamento de zoólogos ruandés, en medio de la nada y desapacible.

Respecto a su muerte el 26 de enero de 1985, solo se conocen estos datos: El intruso entró por un boquete practicado en su tienda y se apoderó de una panga, un cuchillo de caza de furtivo, que Fossey usaba para decorar la tienda. Fossey se defendió, porque había señales de lucha. De hecho, pudo perfectamente haber ganado la pelea, porque disponía de una pistola, aunque con lo sorpresivo del ataque, no atinó a cargarla con la munición adecuada. La panga seccionó su cráneo en dos. Muy desagradable.
Las autoridades de Ruanda habían amenazado a Fossey con cerrar su puesto de Karisoke varias veces. Así que decidieron acusar del crimen a un colaborador blanco subalterno, Wynne Mc Guire. Este pudo salvar la vida porque huyo de Ruanda con la intención de no regresar.

PARA VER:
Documental del trabajo de Dian Fossey con los gorilas, contado por el propio Bob Campbell.

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