jueves, 24 de septiembre de 2015

Franco, el camaleón corrupto.

"Franco no robó, pero se apropió de grandes sumas de dinero. Se enriquecióde forma escandalosa e inmoral. Era la Ley,la fuente del Derecho, y la ley no va contra sí misma", explica el historiador Ángel Viñas (Madrid , 1941) en su ensayo "LA OTRA CARA DEL CAUDILLO" (Crítica), en los que nos cuenta cómo un general mal pagado por la República en 1936 atesora en 1940 unos 400 millones de euros al cambio actual.
Viñas nos cuenta como el general Franco desviaba a su bolsillo fondos donados por simpatizantes del fascismo para pagar a sus tropas, el producto de la venta de siete toneladas de café regaladas por el dictador de Brasil Getulio Vargas a España en 1939 y recibía todos los meses una jugosa "gratificación" de Telefónica.
"La cara oscura de Franco es la de un camaleón que se mimetiza con el terreno; cambia de color, anda repta o escala acdecuándose al entorno sin perder su esencia camaleónica. Y eso es señal de inteligencia y capacidad de supervivencia", apunta Viñas. "Es fascista cuando toca, nacional católico, o tecnócrata. Siempre con un resabio fascistoide,muy importante al principio y que ermanece incólume hasta el final"
Franco cobraba 2000 pesetas mensuales pocos meses antes del verano de 1936. En 1940 su sueldo era de 50.000 pesetas anuales. Si lo multiplicamos por cuatro, porque en 1940 también era el Jefe de Estado y legamos a las 400.000 pesetas en cuatro años, Franco ha tenido que meter la mano en la caja en algún momento.
Franco gana con la venta del café donado por Getulio Vargas 7,5 millones de pesetas, unos 88 millones de pesetas actuales. Lo sabemos porque en el Archivo del Palacio Real se conserva el documento en que se cierra la venta el 31 de agosto de 1940, con su primo, Francisco Franco Salvado- Araujocmo testaferro.
Con la promesa de nacionalizar Telefónica, en manos de la empresa de telecomunicaciones ITT recibe 10.000 pesetas al mes - unos 11.000 euros al cambio actual -, pero la nacionalización no se produjo hasta 1944.
Viñas documenta el regalo de 10.000 cajetillas de tabaco a cada uno de sus generales para vender a las tropas, el desvío de donaciones de simpatizantes a su causa alemanes e italianos a su bolsillo. Recuerda que los Franco no han devuelto en 2015 el pazo de Meirás, comprado mediante forzosa subscripción pública, por 400.000 pesatas. Tampoco devolvió a Hitler el coche blindado por valor de 33.597,50 marcos, al cambio actual, unos 400.000 euros.
Incluso con las leyes de la España democrática, Franco habría temido acabarr sentado en el banquillo de los acusados. Parece ser que la figura del Jefe de Estado tiene inmunidad.

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